Los mercados europeos también van a vivir una corrección este año, tras la carrera vertigal que les ha llevado a máximos de 2007. Gil defiende que Europa está mejor que Estados Unidos. Se debe a que aquí los resultados empresariales son los esperados, el euro barato impulsa las exportaciones y la subida de tipos de interés queda lejos. En la otra cara de la moneda, alerta contra los bonos negativos.
Gil apuesta por el euro frente al dólar, porque favorece el comportamiento de la bolsa europea frente a la norteamericana. Cree que las tendencias se mantienen en los mercados de divisas con un dólar fuerte. Establece un máximo de 1,05-1,10 para este año en la relación entre ambas monedas. Además, apunta que las materias primas seguirán en precios bajos.
En el caso de España, señala que el Ibex ha sufrido durante los últimos años frente a sus socios europeos, pero la consolidación de los últimos meses nos acerca al objetivo de 12.500 puntos.
Gil destaca que las políticas de QE tampoco funcionan en Japón, un país muy lejos de sus objetivos de inflación y crecimiento. Lo achaca a la enorme deuda del país nipón. Aún así, el Nikkei sube a máximos de 7 años porque el yen baja mientras China recorta sus previsiones de crecimiento.
Gil apunta que los programas de QE no funcionan, pero es tarde: los mercados ya son adictos a la liquidez.