Google consolida su posición en la carrera por la inteligencia artificial, a pesar de haber llegado tarde a esta contienda.
Hoy ponemos el foco en Google, el gigante que ha despertado en la carrera por la inteligencia artificial, ¿cómo lo está haciendo?
A finales de 2022, el lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI supuso un revulsivo en el panorama tecnológico. Tras varios intentos fallidos de Google para lanzar su propio chatbot, algunos analistas cercanos a la empresa llegaron a pedir la dimisión de su CEO, Sundar Pichai.
Casi tres años después, la situación ha dado un giro de 180 grados. El nuevo modelo de IA de Google, Gemini 3, ha demostrado ser tan potente que incluso figuras destacadas como Marc Benioff han anunciado que dejarán de utilizar ChatGPT.
Google acaba de superar la capitalización bursátil de Microsoft y se encuentra en camino de alcanzar la impresionante cifra de 4 billones de dólares. Sus acciones han experimentado un aumento de casi el 70% solo este año.
Google, que siempre ha contado con los recursos y tecnología necesarios, finalmente ha logrado integrarlo todo ello para alcanzar la receta del éxito.
¿Cuáles son las claves de ese éxito?
Gemini 3, lanzado la semana pasada, ha recibido críticas excepcionales. Supera a su predecesor en áreas clave como la codificación, el diseño y el análisis, y aventaja a los modelos de la competencia en las pruebas de referencia.
El nuevo modelo ha aliviado las preocupaciones de que Google se estuviera quedando rezagado. Desde su lanzamiento el 18 de noviembre, el precio de las acciones de Alphabet ha aumentado más de un 12%.
Además, durante más de una década, Google ha desarrollado sus propios chips, conocidos como Unidades de Procesamiento Tensorial (TPU), para el entrenamiento de sus modelos Gemini. Ahora, Google busca impulsar la adopción de estos chips por parte de otras empresas.
Y, de hecho, ya está en negociaciones avanzadas con Meta para un acuerdo multimillonario que podría implicar el alojamiento de chips de Google en uno de los centros de datos de Meta.
Además, Google ha dado respuesta a una de las principales preocupaciones de los inversores. La publicidad en buscadores es todavía su principal fuente de ingresos. Y el mercado se preguntaba cómo le podía afectar la irrupción de la inteligencia artificial, relegando a un segundo plano las búsquedas tradicionales.
Pero lo cierto es que los ingresos por búsquedas han aumentado un 15% en el tercer trimestre. Esto indica que, aunque la IA pueda estar reduciendo el tráfico hacia algunos sitios web externos, no está perjudicando el negocio principal de Google.
Y por último, un punto que prueba que Google está haciendo las cosas bien es la apuesta de Warren Buffett.
Un informe regulatorio ha revelado que Berkshire Hathaway adquirió una participación de 4.300 millones de dólares en Alphabet, la empresa matriz de Google, durante el último trimestre. Y eso que Buffett ha evitado las acciones tecnológicas (con la notable excepción de Apple).
También ha evitado invertir en empresas caras y de alto crecimiento.
De hecho, Buffett ha reconocido que lamenta no haber invertido antes en Alphabet, la matriz de Google.
Y este paso, ahora que el famoso inversor se prepara para retirarse como CEO, puede indicar que en su legado quiere dejar un hueco al gigante de las búsquedas.