La mano de obra y la logística son dos factores cruciales para que España ocupe el cuarto puesto como fabricante mundial de automóviles. En cuanto a la mano de obra, ya no queda recorrido para abaratar costes, pero nuestro país no debe perder de vista que podemos trabajar en materia de flexibilidad laboral y formación. “Necesitamos que el marco laboral en el sector de la automoción permita gestionar los picos y los valles de producción, porque la demanda no es estable”, pide Jon-Ander García, director general de Continental en España. “Y tampoco olvidemos -añade- que necesitamos trabajadores con capacidad de consumo, con poder adquisitivo”.

Pero la competitividad que ofrece España para el sector de la automoción tiene como aliados la ubicación geográfica y las infraestructuras. Ambos factores son determinantes para unos fabricantes que han convertido a España en un gran centro de producción y que necesitan llevan la producción de modelos concretos a otros lugares del planeta al menor coste posible. “La ubicación geográfica de España ha permitido que exportemos más del 70% de la producción de automóviles”, explica Francisco Roger, socio responsable de automoción de KPMG. A eso se añade nuestra red de carreteras, la ferroviaria, y el hecho de que seamos un país rodeado de mar, el canal por el que se transportan la mayor parte de los automóviles. Claro que no solo debemos pensar en la distribución del producto final, también debemos velar por una logística competitiva en la industria auxiliar del automóvil, que también es crucial para el sector industrial español.