Donald Trump ha tomado posesión como 45º presidente de Estados Unidos en una ceremonia celebrada en Washington. "Yo, Donald John Trump, juro solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y, hasta el límite de mi capacidad, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos", ha dicho.

Trump ha pronunciado las palabras que le llevarán hasta el Despacho Oval ante el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, y sobre dos biblias, una propia y otra usada por Abraham Lincoln. Poco antes lo ha hecho su vicepresidente, Mike Pence, también con Roberts como testigo privilegiado, si bien con un juramento más extenso.

Acto seguido, Donald Trump ha dado su primer discurso como Presidente oficial de EEUU, un discurso en el que ha seguido su propio estilo, con mensajes llamativos y frases cortas dirigidas a los estadounidenses: "Haremos dos cosas: comprar a EEUU y contratar a estadounidenses", "Éste es vuestro día, es vuestra celebración y EEUU es vuestro país", "Estamos devolviendo el poder de Washington al pueblo", han sido algunas de sus frases más llamativas.

El líder republicano ha tomado posesión ante cientos de miles de personas, entre ellas Barack y Michelle Obama, y Hillary Clinton, la que fuera su rival demócrata.

Donald Trump toma posesión en un escenario de rechazo

La toma de posesión del 45º Presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, llega marcada por el rechazo de la oposición y el boicot de numerosos grupos contrarios al magnate. Al menos 52 de los 194 congresistas demócratas han anunciado que no acudirán al evento, algo poco habitual en este tipo de ceremonias.

Julio Cañero, director del Instituto Franklin UAH, no entiende que se "dude de la legitimidad de la victoria de Donald Trump. Se puede hablar de interferencias, pero lo cierto es que ganó según las reglas del sistema".



Donald Trump hablará esta tarde de política exterior, de economía, "pero sobre todo de unidad. El país se encuentra en un momento delicado y existe mucha división. Será un discurso corto en el que buscará reconciliar a una ciudadanía dividida tras las elecciones".

No se espera, por contra, que el presidente (todavía electo) de los Estados Unidos anuncie ningún tipo de medida, "algo que hará en la próxima semana", pero hará un guiño a su administración, a cuyos miembros tiene en alta consideración.

Dentro de las medidas que tendrá que adoptar, surgen dudas sobre su política económica, que quiere compatibilizar una "bajada de impuestos con un gasto público más elevado", algo que puede suponer también el rechazo de los representantes republicanos, con los que Donald Trump deberá lidiar tanto en el Senado como en el Congreso, porque pese a ser del mismo partido, lo cierto es que aumentar la inversión podría disgustar en el seno republicano.