El informe prevé que el crecimiento del consumo privado se mantenga robusto en los próximos meses, impulsado por una mayor confianza del consumidor y una menor tasa de inflación. Sin embargo, el crecimiento de las inversiones se mantendrá bajo en 2018 y 2019 debido al alto nivel de riesgo percibido y la debilidad institucional. El clima empresarial ruso está sumido en la incertidumbre sobre los derechos de propiedad, la debilidad de la infraestructura de transporte y la falta de competencia en los mercados de bienes y servicios.
A pesar de la reducida deuda pública, de alrededor del 12% del PIB, y la presión de los bajos precios del petróleo, Rusia ha mantenido durante la reciente recesión el déficit público bajo control. La Administración ha confirmado sus planes de equilibrar el presupuesto para 2020, utilizando un precio fijo de 40 dólares por barril. Cualquier ingreso adicional generado por un mayor precio del petróleo se utilizará para intervenir en el mercado de divisas y aumentar las reservas de divisas extranjeras.