La deuda del Estado español ha cerrado 2015 en 917.000 millones de euros, un 5,33% más con respecto a 2014. Según el Banco de España, solo en diciembre ha sumado 5.331 millones, un 0,58% más respecto a noviembre. ¿A qué corresponde la mayor parte de la deuda? a valores de largo plazo, que incluyen las letras del Tesoro emitidas a más de un año. El resto se reparte entre valores a corto plazo (más de 82.000 millones) y otros instrumentos que incluyen préstamos al MEDE y valores no negociables. Por cierto que, el Banco de España actualizará el próximo 17 de febrero el dato de la deuda del conjunto de las administraciones públicas.
LA BALANZA POR CUENTA CORRIENTE DUPLICA SU SUPERÁVIT
Por su parte, la balanza de pagos por cuenta corriente ha registrado un superávit de 12.200 millones de euros hasta noviembre de 2015, y se ha duplicado respecto al mismo período de 2014 cuando alcanzó los 6.000 millones.
Esta evolución positiva de la balanza de pagos se explica por el aumento del superávit en bienes y servicios, que ha sumado 26.800 millones de euros impulsado por el Turismo y los viajes. Por otro lado, el saldo positivo de la balanza de pagos también se ha visto favorecido por la disminución del déficit en rentas primarias y secundarias hasta los 14.600 millones de euros, el 30 % menos que entre enero y noviembre de 2014.
Los inversores han sacado del país 9.800 millones de euros hasta noviembre, más del doble que en octubre. A falta de un mes para cerrar el ejercicio 2015, los datos ofrecidos por el Banco de España apuntan a que durante el año pasado los inversores habrían sacado del país una cifra importante que hasta noviembre asciende a 51.200 millones. Seis veces más que lo que retiraron un año antes.
DATOS DE 2016
Los depósitos de hogares y sociedades no financieras residentes en España se han incrementado en 13.060 millones de euros en diciembre frente al mes anterior, hasta totalizar 940.722 millones de euros, según los datos provisionales del Banco de España. Este aumento sitúa los depósitos de las familias y las empresas en máximos anuales pese a la caída generalizada en las rentabilidades que ofrecen los bancos en este producto de ahorro y coincidiendo con un período de incertidumbre política.