La historia de nuestro invitado de hoy Ignacio García perteneciente al Cuerpo de Letrados de la Seguridad Social, es la de un joven cuya vocación por el derecho nació en casa. Criado en Huelva, creció rodeado de conversaciones jurídicas entre su padre, abogado, y su madre, procuradora. Desde pequeño, sus padres le inculcaron el amor por la abogacía, aunque también vivió de cerca las dificultades del mundo de las oposiciones, ya que ambos intentaron ingresar en notaría y judicatura sin éxito.

Pese a esta experiencia familiar, Ignacio nunca dudó de su camino. Mientras otros niños soñaban con ser futbolistas o astronautas, él tenía clara su meta: ser abogado. Su amor por el derecho lo llevó a estudiar el doble grado de Derecho y Criminología en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla. Aunque el derecho siempre fue su prioridad, la criminología despertó su curiosidad, especialmente por su conexión con el ámbito penal.

Además de su formación académica, Ignacio vivió una experiencia que marcaría su vida personal y profesional: su Erasmus en Roma. Durante un año, estudió en la Universidad del Vaticano, disfrutando de una inmersión cultural única y de la vida universitaria en el corazón de Italia. Esta etapa "me permitió viajar por todo el país, conocer nuevas perspectivas y fortalecer mi independencia" nos decía con rotundidad. Fue un tiempo de crecimiento que recuerda con especial cariño.

Empleo Público

Hablamos sobre la elección de Ignacio García de opositar como Letrado de la Seguridad Social, una opción poco habitual entre los jóvenes

Sin embargo, tras finalizar la universidad, llegó el momento de decidir su futuro. Aunque inicialmente se inclinaba por la judicatura o la fiscalía, su encuentro con un letrado de la Seguridad Social en un juicio en Sevilla cambió por completo su visión. Fue en aquel momento cuando descubrió esta oposición, una opción menos conocida pero fascinante por su amplitud y el papel que desempeña dentro del sistema judicial.

Ignacio comenzó a prepararse para la oposición con el apoyo de dos preparadores, quienes se convirtieron en figuras esenciales en su camino. "El proceso fue duro, con momentos de sacrificio y dificultades, pero también de aprendizaje y motivación" comentaba Ignacio. Su familia jugó un papel crucial en estos años de estudio, viviendo cada paso de la oposición con él, celebrandIo sus avances y apoyándolo en los momentos difíciles.

Ignacio García: "La oposición requiere sacrificio y disciplina, pero el esfuerzo vale la pena"

Tras aprobar, su primer destino fue Barcelona, en el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Allí, se enfrentó a un ritmo de trabajo intenso, con hasta 30 juicios semanales, que le permitieron desarrollar su rapidez y seguridad en sala. Fue una etapa de inmersión total en el mundo laboral, donde aprendió a manejar documentación médica en tiempo récord y a desenvolverse con soltura en los tribunales.

Año y medio después, Ignacio optó por el concurso de traslado, moviéndose a Madrid, esta vez a la Tesorería General de la Seguridad Social. En este nuevo puesto, abandonó los juicios laborales para adentrarse en el contencioso-administrativo, una rama que le permitió explorar nuevas áreas del derecho y reconciliarse con el Derecho Administrativo que tanto había temido en la universidad.

A nivel personal, Ignacio es un joven inquieto y apasionado, que disfruta de los retos y de la constante evolución en su carrera. Con 29 años, se plantea su futuro con entusiasmo, con el deseo de regresar a Sevilla y seguir creciendo dentro de la administración pública.

Su consejo para los futuros opositores es claro: "Hay que saber dónde te estás metiendo. La oposición requiere sacrificio y disciplina, pero el esfuerzo vale la pena cuando se logra el objetivo final". Con su experiencia, Ignacio demuestra que la constancia y la pasión por el derecho pueden abrir caminos inesperados y gratificantes