Marta Gómez Alonso, funcionaria del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, ha recorrido un camino tan singular como inspirador. De niña soñaba con cantar y escribir, pero acabó convirtiéndose en una referencia en calidad normativa dentro de la administración pública.
“Me gustaría que sirvieran también para animar a los jóvenes a ingresar en la Administración”, confesaba Marta al inicio de su entrevista. Y es que su historia demuestra que el empleo público puede ser tan vocacional como creativo.
Vocación artística en la infancia
Desde pequeña, Marta cultivó una pasión por la música y la escritura. “Siempre me ha gustado escribir. Me gustaba redactar, hacer poesía, versionar canciones… No he sabido componer música, pero sí hacer letras”, recuerda. Sin embargo, en su entorno familiar, estas inquietudes no siempre fueron bien recibidas. “Sabía que no iba a ser muy bien recibido por mis padres”, admite.
El giro hacia el Derecho
La decisión de estudiar Derecho fue pragmática. “Siempre he sido muy práctica”, explica. Aunque no tenía vínculos familiares con el mundo jurídico, eligió una carrera que ofreciera salidas profesionales. Curiosamente, “Derecho Administrativo era lo que menos me gustaba. No me gustaba ni lo entendía”.
Marta Gómez Alonso funcionaria del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado
Una anécdota de sus clases ilustra su desconcierto: “Después de cinco días explicando definiciones de administración pública, el profesor dijo: ‘La administración pública es como un sujetador diseñado por Ágatha Ruiz de la Prada para Marta Sánchez. Nadie sabe cómo se pone, pero en todo caso es muy grande’”……….
De la cruda realidad laboral a la oposición
Tras acabar la carrera en plena crisis económica, Marta se enfrentó a un mercado laboral precario. “Casi tenía que poner dinero para trabajar”, recuerda. Fue entonces cuando decidió opositar. “Trabajo para mí misma en algo que me vaya a reportar un beneficio”, pensó.
Aunque inicialmente soñaba con ser jueza —“me sigo viendo de jueza”—, la dificultad de la oposición judicial la llevó a descubrir el Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. “Me dijeron: ‘Es una oposición mucho más divertida’”, y no dudó en apuntarse.
Métodos creativos para estudiar
Su faceta artística no desapareció durante la preparación. “Las primeras semanas intenté encontrar métodos alternativos para que me resultase más fácil”, como grabarse cantando los temas o versionarlos musicalmente. “Lo de lección dormida, lección aprendida, no me funcionó”, admite entre risas.
Marta Gómez Alonso: "Me especialicé en Derecho Local”
Un consejo de su preparador le marcó: “Me dijo: ‘Tú ves a las presentadoras del telediario cómo lo hacen… pues lo tienes que hacer así’”. Ese truco le ayudó a ganar confianza en los exámenes orales y en su vida profesional.
Trayectoria en la administración
Marta ha trabajado en múltiples destinos, desde la Dirección General de Política Energética hasta la Dirección General de Administración Local. “Me especialicé en Derecho Local”, explica. Participó en la elaboración de leyes clave como la Ley de Capitalidad de Madrid, que considera “una de las etapas más bonitas de mi carrera”.
Actualmente trabaja en el Ayuntamiento de Madrid como experta en calidad normativa. “Intentamos ayudar a que las ordenanzas sirvan para lo que dicen que sirven, estén justificadas y se compruebe si efectivamente han servido”.
Consejos para opositores
Marta concluye con tres consejos para quienes se plantean opositar: “Que piensen muy bien a qué van a opositar… que intenten ir a lo máximo que les permita su formación previa” el segundo es “evitar pensar en el largo plazo” y el tercero “la constancia, sin lugar a dudas.”