En el primer semestre de 2025, la balanza del comercio exterior alemán vuelve a inclinarse, y lo hace en dirección a Oriente. Según datos preliminares difundidos por la Oficina Federal de Estadística de Alemania, China se aproxima de forma significativa a Estados Unidos como el mayor socio comercial de la mayor economía europea.

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China acorta distancias con EE.UU. como mayor socio comercial de Alemania

En el primer semestre de 2025, China se acerca a Estados Unidos como el mayor socio comercial del país, según datos de la oficina federal de estadística.

Durante los primeros seis meses del año, la suma de importaciones y exportaciones entre Alemania y Estados Unidos alcanzan los 125.000 millones de euros. En paralelo, el comercio con China se sitúa muy cerca: 122.800 millones.

La diferencia es mínima, y para algunos economistas, el sorpasso parece solo cuestión de tiempo. Vincent Stamer, economista del Commerzbank, advierte que, si bien Estados Unidos mantiene por ahora el liderazgo, el margen es estrecho y vulnerable ante los actuales vientos de cambio.

Y es que, tras un 2024 en el que Washington logró arrebatarle a Pekín el primer puesto, la dinámica vuelve a alterarse. El regreso de Donald Trump a la presidencia y la renovación de medidas arancelarias por parte de Estados Unidos afectan negativamente a las exportaciones alemanas.

A partir de julio, el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos establece aranceles del 15% para la mayoría de los productos exportados desde Alemania. Como consecuencia directa, las exportaciones hacia territorio estadounidense caen un 3,9% en comparación interanual, situándose en 77.600 millones de euros.

La tendencia podría intensificarse

Desde el Instituto de Investigación Económica de Colonia, Jürgen Matthes anticipa que esta tendencia podría intensificarse en la segunda mitad del año. Commerzbank calcula que, en un horizonte de dos años, las exportaciones alemanas a Estados Unidos podrían reducirse entre un 20 y un 25 por ciento.

Mientras tanto, China gana terreno por otra vía: las importaciones chinas hacia Alemania se incrementan un 10,7% en el primer semestre, superando los 81.000 millones de euros. Una cifra que no solo refleja el aumento de competitividad del gigante asiático, sino también la creciente dificultad de las empresas y consumidores alemanes para encontrar alternativas a los productos chinos.

Según Carsten Brzeski, jefe global de macroeconomía de ING, el fenómeno puede estar vinculado a una estrategia deliberada de China para redirigir su comercio desde Estados Unidos hacia Europa, apoyada además en una importante depreciación del yuan frente al euro, lo que abarata aún más sus productos en el mercado europeo.

Sin embargo, el repunte de las importaciones no se ve acompañado de una recuperación en las exportaciones alemanas a China. Por el contrario, éstas caen un 14,2% interanual, hasta los 41.400 millones de euros. La presión de los fabricantes chinos sobre la industria alemana se intensifica, generando un déficit comercial récord con el país asiático: 40.000 millones de euros, el segundo más alto después del registrado en 2022.

Unos datos que, en palabras de Matthes, evidencian el deterioro progresivo de la economía alemana y agravan la crisis que atraviesa su sector industrial.