La digitalización de la economía y el auge de la inteligencia artificial transforman radicalmente nuestras necesidades energéticas. El reciente colapso de CME Group, el mayor operador de mercados financieros del mundo, por problemas de refrigeración en sus centros de datos, pone de manifiesto esta nueva vulnerabilidad.
Pedro González, director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), advierte que el proceso de electrificación de la economía será clave en la transición energética. "La industria existente, pero también la nueva industria y, por supuesto, la industria de centros de datos, con todo lo que conlleva la inteligencia artificial, va a demandar más energía", explica.
Pedro González, director general de AEGE, analiza los retos energéticos ante el crecimiento de los centros de datos y la inteligencia artificial.
Un consumo energético que equivale a países enteros
Las cifras son impactantes. Según datos de NTT Data, en 2026 todos los centros de datos del mundo consumirán energía equivalente a varias veces el consumo total de España. González contextualiza la situación europea: "Europa está empezando ahora mismo en este proceso. La mayoría de centros de datos se encuentran en Estados Unidos, luego China, y Europa tan solo tiene el 8%".
Este aumento de la demanda plantea importantes retos para la generación y distribución energética, especialmente porque las industrias intensivas tienen necesidades particulares. "Las industrias que son intensivas en el uso de la energía, por definición, tienden a funcionar 24 horas al día, siete días a la semana. Eso significa que necesitamos energía durante 24 horas al día", señala González.
"La energía nuclear es una necesidad país"
González se muestra contundente sobre el papel de la energía nuclear: "La energía nuclear, independientemente, incluso más allá de las necesidades de la industria intensiva en energía, es una necesidad país".
Esta afirmación la sustenta en tres argumentos fundamentales: "La primera es por una cuestión de seguridad de suministro. Prescindir de una energía que funciona 24 horas al día, durante siete días a la semana, durante más de 8,000 horas al año, es algo beneficioso porque aporta esa seguridad de suministro".
"En segundo lugar, porque lo que hace esta energía es abaratar el precio del mercado y esto es algo que beneficia a todos los consumidores", añade. "Y en tercer lugar, porque la existencia de esta energía nuclear evita que aumentemos nuestras emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera".