El final del “tapering”, no significa que la política de estímulo que practica la Reserva Federal de los Estados Unidos en los últimos años haya concluido. El alto organismo quiere estar seguro de que la recuperación de la economía es robusta y sostenible, antes de subir los tipos de interés. Y los subirá sin dudarlo en ese momento, aunque la ralentización económica afecte a otras zonas del planeta. Así lo explica el Director Adjunto de Asuntos Monterarios de la FED en una entrevista concedida a Capital Radio y realizada por Luis Vicente Muñoz.
P- El primer efecto tras finalalizar el programa de compra de bonos por la FED ha sido la subida del dólar, ¿lo esperaban ustedes?
R- Los movimientos de muy corto plazo son difíciles de preveer, sobre todo los financieros. Estos primeros movimientos han sido relativamente pequeños y en la dirección correcta. No hay ninguna sorpresa en ese sentido.
P- Incluido un poco de mayor volatilidad en los mercados, ¿verdad?
R- Bueno, pero muy pequeña realmente si uno lo mira en términos relativamente largos. Y no me refiero a años, sino a meses. Verdaderamente, poco importante.
P- Acaba de terminar el programa de compra de bonos de la FED ¿Qué significado le daría usted a lo sucedido?
R- Creo que hay que tener un poco de cuidado a la hora de referirse a que han terminado los estímulos. Yo creo que esta muy claro en el comunicado que lo que ha concluido es el ciclo de compra, pero no se ha terminado de forma definitiva. En el comunicado hay una condicionalidad en función de cómo vaya evolucionando la economía. Por supuesto, se mantiene la reinversión del principal de lo que se vaya a amortizando por lo cual garantiza que el tamaño del balance de la reserva federal se mantiene mas o menos estable, y esto proporciona una presión a la baja a los tipos de medio y largo plazo. Esto garantiza también que se mantiene la política monetaria acomodaticia y en segundo lugar, los tipos de interés nominales a corto plazo permanecen en el tipo efectivo 0,25% y a la espera de seguir obteniendo información sobre la evolución del mercado de trabajo, de la economía y de la inflación. Termina el ciclo de compras, pero se mantiene la política acomodaticia.
P-¿Qué indicadores mostrarán con claridad a la FED que la economía de Estados Unidos se recupera de verdad?
R- Los indicadores del mercado de trabajo van mas allá de la tasa de paro. Vigilamos los indicadores que están asociados a la caída de desempleo de larga duración, la mejora en la calidad de las relaciones laborables con una mayor creación de empleo hacia el empleo indefinido en lugar del empleo a tiempo parcial. Miramos indicadores que garantizan que la economía está creciendo por encima del potencial con un PIB más allá del 2,5% y hasta el 3%, lo que permite recuperar la brecha abierta en 2008. Vemos que la tasa de participación que ha venido cayendo en los últimos años, hoy observa un repunte al alza bastante esperanzador porque indica el dinamismo de la economía y de la creación de empleo. Desde el punto de vista de la inversión y del consumo los signos son también robustos, sobre todo el sector de la vivienda y la construcción. Todo esto hace presagiar que en el medio plazo la agenda de crecimiento parece robusta y sostenible.
P- ¿Ya no mira tanto la evolución del dinero en circulación?
R-El indicador de masa monetaria hay que tener un poco de cuidado al establecer apreciaciones sobre sus efectos. Cuando uno analiza el balance de la Reserva Federal debería quedarse con al menos tres cifras: dos de ellas tienen que ver con la distribución de activos, con el avance de cerca de 2.4 trillones de deuda pública, sobre todo a largo plazo, y 1.7 o 1.8 trillones de hipotecas securitizadas. Por el lado del pasivo, tenemos la cifra más importante, los depósitos que las entidades financieras tienen en nuestro balance que son en un entorno al 2.7, 2.8 trillones de dólares. Evidentemente, esto es lo que garantiza una disponibilidad clara de recursos para poder iniciar un ciclo de crédito que sostenga el crecimiento económico. Piense que en la economía americana, es una economía que está bastante desintermediada en relación con la Europea. Los mercados de capitales están mucho más desarrollados y cubren un porcentaje muy importante de la financiación global de la economía. Luego, aunque es cierto que es un componente muy importante en las reservas de masa monetaria, la simplificación de ligarlo a lo que es inflación a medio-largo plazo hay que hacerlo con un poco de cuidado.
P- El expresidente de la FED, Alan Greenspan, ha dicho que le parece que el QE no ha funcionado, que no ha servido para estimular la economía real.
R- No voy a valorar ninguna declaración. Usted puede ver las cifras y le voy a dar un dato: piense que la política monetaria en tiempos normales se ha dedicado hacer lo que ha venido a llamar “fine tuning”, es decir ajustamos los tipos de interés como termostato para la inflación y crecimiento y garantizar la estabilidad macroeconómica y financiera, con independencia de la política de regularización y macro prudencial. Con la situación vivida en los últimos años, la política monetaria tiene un componente adicional al “fine tuning” habitual, porque no podemos ajustar los tipos al estar al nivel mínimo 0. De lo que se trata es de diseñar política monetarias que nos eliminen la posibilidad, que hagan que la economía no se acerque a una agenda de crecimiento inestable o a un equilibrio que es preverso, donde los precios bajan sistemáticamente y las deudas financieras en lugar de bajar en términos reales pues se mantienen constantes, incluso crecen. Se trata de eliminar los equilibrios perversos y hacer que la economía empiece a crecer en una senda de equilibrios buenos y deseables. Hablo de equilibrios como combinaciones de crecimiento e inflación que garanticen un bienestar para la sociedad en su conjunto. Las políticas emprendidas por los bancos a nivel mundial han tratado de canalizar la economía en esa dirección a través de movimientos en el tramo largo de la curva de tipos. Cuando la gente habla de las trampas de liquidez, hay también una especie de problema conceptual porque, no se trata de pensar sólo en el tramo corto de la curva de tipos, sino que tenemos unos tipos a largo plazo que están bastante alejados del mismo y que durante algún tiempo nos pueden permitir tratar de proporcionar un estímulo a la economía. Esta es la idea que subyace en la compra de activos practicada por los bancos centrales.
P-En Europa se siente cierta incomodidad por la diferencia de actuación entre la FED y el BCE. ¿También sucede al contrario con los Estados Unidos?
R- Yo no utilizaría la palabra incomodidad. Simplemente se analiza la situación europea de la forma más objetiva posible y se entiende la dificultad en la que se encuentran las políticas fiscales y monetarias en el entorno del área perfectamente conocidas y discutidas. Yo creo que sí ha habido una coordinación muy importante durante la crisis desde el punto de vista de los flujos de liquidez y los movimientos en los tipos de cambio, con todo un diseño de swaps entre monedas que funcionó muy bien. Pero fíjese que en cada banco central en cada zona hay unos objetivos muy particulares y los objetivos de la Reserva Federal son el empleo y la inflación. Y el objetivo del BCE es garantizar la estabilidad de precios y de inflación en torno al 2%. Por tanto, no se trata de que haya descoordinación, sino que los objetivos son distintos.
P- El desacoplamiento, por tanto, empieza a crecer
R-Bueno, son situaciones cíclicas muy distintas. Quien esté analizando los mercados y el contexto macroeconómico global lo entiende y lo percibe. De lo que se trata es que las politicas fiscales y monetarias y las politicas de demanda y oferta tengan efecto en los lugares que más se necesitan. Es verdad que Estados Unidos entra en fase de crecimiento más estable por encima del potencial, durante los próximos años, pero ha pasado por una crisis importante. Y Europa también tiene que enfrentarse a una etapa quizás más débil y necesaria para sostener el crecimiento mundial. Todos somos conscientes.
P- Pero al final, todos estamos conectados. La debilidad global puede afectar a Estados Unidos.
R.- Sin duda, en cualquier escenario macro, los efectos de desaceleración de la economía mundial en las economías domésticas hay que tenerlos en cuenta. Y ya están tenidos en cuenta. No es sólo crecer, sino que el crecimiento sea robusto y sano, aspecto del que no deberíamos de perder su perspectiva. No es garantizar que trasladamos números con crecimientos del PIB por encima del1,5%. Se trata de ver los fundamentos que hay detrás de cada crecimiento en cada una de las áreas geográficas. No es lo mismo pensar en el crecimiento chino, el brasileño, o el europeo o en el americano, cada uno tiene su propia fase.
P- Dígame cuándo cree que comenzarán a subir los tipos de interés en Estados Unidos.
R.- El comunicado de la FED mantiene las líneas de dirección futuras sobre tipos de interés, condicionadas por la evolución de la economía. Si la economía crece de forma robusta y sostenida, la subida de tipos de interés nunca será perjudicial. Esto tiene que transmitirse y tiene que entenderse. Bienvenida sea esa subida entonces, porque significará que el crecimiento es sostenido.
P- ¿Aunque produzca efectos bien distintos en otras áreas del mundo?
R- Los efectos que puedan producirse en áreas grandes, como la del euro, tienen que ver con los flujos de capitales que son difíciles de predecir o corrodinar. La reflexión para las otras economías es cómo ajustar sus políticas internas en previsión de cambios en los flujos internaciones y en la exposición a esos cambios.
Luis Vicente Muñoz