La organización Consumidores en Acción ha emitido una alerta respecto al incremento de estafas relacionadas con la solicitud de microcréditos rápidos que imponen términos y condiciones abusivas.
En plena temporada navideña, FACUA alerta de la proliferación de microcréditos rápidos con condiciones abusivas. Hoy ponemos el foco en los riesgos que hay detrás.
Estos préstamos se caracterizan por ser sumas de dinero relativamente pequeñas, de aprobación acelerada y con un plazo de amortización breve. No obstante, aplican tasas de interés sustancialmente más altas que las de un crédito convencional.
La asociación subraya la importancia crítica de examinar minuciosamente los términos del contrato antes de aceptar un microcrédito.
A menudo, las empresas se aprovechan de la urgencia económica del cliente para establecer intereses que, en muchos casos, exceden el 1.000% de la Tasa Anual Equivalente (TAE). Adicionalmente, suelen cargar comisiones y tasas de demora por impago que resultan muy elevadas.
¿Cuándo se considera que un crédito es abusivo?
Se considera que un microcrédito es abusivo cuando:
- Se establecen intereses muy superiores a los estándares del mercado, frecuentemente superando el 1.000% TAE.
- Existe una deficiente o nula información sobre cargos, comisiones o recargos aplicables.
- Se produce una renovación automática del préstamo sin el consentimiento explícito del prestatario.
- El cliente carece de información clara sobre el coste total y final de la financiación solicitada.
FACUA advierte que la mayoría de las entidades que otorgan este tipo de financiación no están sujetas a la supervisión del Banco de España, ya que su actividad no es exclusiva de las instituciones financieras tradicionales.
La concesión irresponsable de estos préstamos con intereses desorbitados fomenta el sobreendeudamiento y agrava la situación de vulnerabilidad y desprotección de los consumidores.
Por ello, la asociación recomienda a quienes estén considerando solicitar un microcrédito que evalúen de forma cuidadosa si es imprescindible adquirir esa deuda.
Y es que, en términos generales, sin llegar a ser condiciones abusivas, este tipo de préstamos sí suelen tener siempre altos intereses.
Las entidades de microcréditos a menudo no están reguladas como bancos tradicionales porque no captan depósitos del público; son Establecimientos Financieros de Crédito o prestamistas privados, y su dinero viene de fondos propios, lo que los excluye del control directo del Banco de España y del Fondo de Garantía de Depósitos.
Operan bajo leyes de protección al consumidor y contratos de crédito, pero la falta de supervisión bancaria directa permite tipos de interés muy altos y riesgo de sobreendeudamiento.
Los préstamos inferiores a 1.000 euros no aparecen en el CIRBE (Centro de Información sobre Riesgos del Banco de España), lo que puede favorecer un excesivo endeudamiento a base de pequeños créditos, que no son visibles para las autoridades bancarias.
Por ello, cuantificar la cantidad exacta de dinero solicitada en microcréditos en España en los últimos años es difícil, justo por la falta de una regulación específica y un registro centralizado del sector.
Y es que, aunque los gastos de navidad aprieten, en estos casos más vale pensarlo dos veces antes de endeudarse.