Volver al patrón oro. En los últimos tiempos, es una cuestión que se ha debatido con mucha insistencia. Hay quienes dicen que es imposible, pero otras voces aseguran que volver a este sistema sería la solución a la crisis financiera de los últimos años.

¿Sería posible ese retorno al patrón oro? ¿Qué consecuencias tendría? Juan Manuel López Zafra, autor de "Retorno al patrón oro" y Tomás Epeldegui, director general de Degussa, responden a estas cuestiones en el siguiente podcast.

El patrón oro es un sistema monetario respaldado por oro. Es decir, que el valor de cada moneda corresponde a una cantidad de oro concreta. En sus inicios, este sistema pretendía darle al dinero un valor intrínseco, un valor mucho más allá del dinero en sí, por eso las monedas tradicionalmente estaban hechas de metales preciosos.

Pero los bancos observaron que a la gente le costaba llevar oro encima y decidieron facilitar unos vales para que circulasen esos papeles en vez del oro como tal. Esos papeles, que nosotros conocemos como billetes, tenían detrás unos gramos de oro. Es decir, podían cambiarse por su cantidad exacta de este metal precioso.

La gran trampa vino con las guerras. La Primera Guerra Mundial generó grandes deudas y los países que participaron en ella se vieron obligados a imprimir más dinero para hacer frente a los gastos bélicos, con lo que depreciaban el valor de la divisa.

Ése fue en parte el detonante de la desaparición del patrón oro: las deudas originadas por las guerras. Durante los acuerdos de Bretton Woods en el año 44 se decidió adoptar el dólar estadounidense como divisa internacional, bajo la condición de que la Reserva Federal sostuviera el patrón oro. Hasta ese momento, la moneda estadounidense era convertible legalmente en oro, 35 dólares la onza.

Fue en 1971, bajo el mandato de Nixon, cuando este sistema se quebró definitivamente, achacado en gran parte a las deudas del gobierno americano como consecuencia de la guerra de Vietnam. El dólar se convirtió en una moneda fíat, lo que se conoce como dinero fiduciario, respaldado por la imposición del Gobierno de EEUU y sin valor intrínseco, pero con un valor legal propio. Desde ese momento, al dólar le sostiene la confianza que hay depositada en él y en la economía estadounidense.

El hecho de que el sistema monetario se base en un sistema de dinero fiduciario sin más respaldo que la confianza en el banco central ha sido objeto de muchas críticas. Juan Manuel López Zafra sí ve posible un retorno al patrón oro, pero considera que debe ser una transición suave, a 25-50 años vista: "Creo que veremos un planteamiento serio de vuelta a un sistema de patrón oro y será tras la próxima crisis, que no queda tanto para que llegue".