Las redes de energía eléctrica en España han alcanzado un nivel crítico de saturación que amenaza el desarrollo industrial y la transición energética del país. Así lo confirma Marina Serrano, presidenta de Aelec (Asociación de Empresas de Energía Eléctrica), quien asegura que esta situación "está ocurriendo cada minuto del día" y podría comprometer seriamente la competitividad económica española.
La gravedad del problema quedó evidenciada esta semana cuando, siguiendo las disposiciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), las distribuidoras publicaron la capacidad disponible en cada nodo de la red superior a un kilovatio. "Se ha puesto claramente de manifiesto que está saturada la red", afirma Serrano, que señala que la saturación supera el 83% según datos del regulador.
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Entrevista con Marina Serrano, presidenta de Aelec, Asociación de empresas de energía eléctrica.
Un problema de modelo retributivo
"Vivimos un momento de cambio y transformación del sector eléctrico", explica Serrano, quien identifica el modelo retributivo como principal obstáculo para realizar las inversiones necesarias. "El modelo es claramente insuficiente", señala, tanto en la tasa de retribución financiera como en los incentivos para acometer las inversiones requeridas.
Según Serrano, la tasa propuesta del 6,43% resulta en realidad inferior al 5,58% atendiendo al contexto financiero actual, lo que no permite atraer el capital necesario para desarrollar las infraestructuras. "Las empresas tienen la capacidad de hacerlo, pero el modelo tiene que responder a ello y permitirlo", afirma.
Una oportunidad que España no puede desperdiciar
La presidenta de Aelec destaca que España tiene una posición privilegiada para liderar la transición energética en Europa, con un precio de la electricidad "entre un 25 y un 30% más barato que otros países europeos". Esta ventaja, sumada a la disponibilidad de renovables y territorio, atrae inversiones que podrían perderse si no se resuelve el problema de las redes.
"No podemos desaprovechar esa posibilidad de que nuestro país crezca y sea más competitivo solo porque las redes no tengan capacidad", advierte Serrano, quien considera esencial "atajar ese problema" mediante un diálogo entre el regulador y el Gobierno, responsable último de la política energética.
La solución a esta crisis requiere una revisión urgente del modelo regulatorio y retributivo que incentive las inversiones necesarias, especialmente en un momento en que la electrificación se ha convertido en el vector principal para alcanzar los objetivos de descarbonización de la economía española.