El 22 de diciembre marca un día de ilusión en España con el tradicional Sorteo de la Lotería de Navidad. Más allá de la euforia inicial, la gestión adecuada de un premio puede marcar la diferencia entre un cambio de vida positivo o un problema futuro. ¿Te ha tocado el Gordo? Lo primero que debes hacer es "pensar en Hacienda y eliminar deudas", advierte Javier Cuervo, docente del grado en ADE de UNIE Universidad, quien nos aconseja cómo gestionar el dinero para evitar arruinarnos ante estas situaciones eufóricas.
Escucha la entrevista completa en el siguiente podcast de Mercado Abierto:
Tras una jornada de euforia e ilusión para algunos afortunados conviene saber cómo gestionar el dinero premiado para no arruinarnos. Lo hablamos con Javier Cuervo, de UNIE Universidad.
Lo primero: pensar con cabeza fría
"Lo primero es pensar en Hacienda y poco en las emociones, porque hay que pensar en qué invertir y, sobre todo, entender cuál es tu parte", señala Javier Cuervo, docente del grado en ADE de UNIE Universidad.
El experto advierte: "El dinero de la lotería no es un sueldo, no es una renta recurrente, es un capital extraordinario. Si lo tratas como un sueldo, se evapora; si lo tratas como patrimonio, te cambia el balance".
Un dato alarmante es que cerca del 70% de los ganadores de importantes premios de lotería terminan arruinados en apenas cinco años, generalmente por inversiones precipitadas o gastos que generan más gastos.
"El premio no es un permiso para gastar"
Entre los errores más comunes, Cuervo destaca: "El mayor error es cuando una persona lo cobra todo y luego lo reparte. Son donaciones entre particulares y puede haber un segundo peaje fiscal por impuesto de sucesiones y donaciones".
Para gestionar correctamente el dinero, el experto recomienda seguir un orden: "Pagar la deuda cara, revisar hipoteca y amortizar si está por encima del 3%, montar un colchoncillo de seguridad y solo después de eso invertir a medio largo plazo".
"El premio no es un permiso para gastar, es una oportunidad para arreglar tu balance, el balance de la familia, para tener menos deuda, más seguridad y un poco de libertad en el futuro", concluye Cuervo, recordando que en 2025, con una inflación del 3% y los tipos al 2%, el dinero perderá poder adquisitivo desde el primer día si no se gestiona adecuadamente.