Luis Lafuente es un nombre reconocido en el ámbito de la gestión cultural y el patrimonio en España. Su trayectoria en la administración pública ha estado siempre marcada por su amor por la historia, el arte y la conservación de los bienes culturales. En esta entrevista, nos comparte sus recuerdos, motivaciones y el camino que lo llevó a desarrollar una carrera vinculada a la cultura.
Desde pequeño, Luis ya mostraba una curiosidad innata por la historia y la arquitectura. Sus viajes en familia por ciudades como Valladolid y Ávila le permitieron descubrir el encanto de las plazas mayores, los castillos y las iglesias de Castilla. Aquellos recorridos por los pueblos históricos dejaron una huella imborrable en su memoria, convirtiéndose en la semilla de su vocación por el patrimonio.
Su interés por la historia se reforzó en el colegio, especialmente en las clases de Historia del Arte, donde tuvo la suerte de contar con un gran profesor que avivó su pasión. Sin embargo, su elección universitaria lo llevó por otro camino: el Derecho. Desde el inicio de su formación académica en la Universidad Autónoma de Madrid, Luis tuvo claro que su futuro estaría vinculado a la jurisprudencia. A pesar de su amor por el arte, decidió estudiar Derecho, aunque siempre mantuvo viva la posibilidad de complementar su formación con estudios en Historia del Arte.
A pesar de provenir de una familia con tradición militar, Luis nunca tuvo un interés concreto en seguir esa carrera. Aunque en algún momento valoró la opción de opositar para el ámbito jurídico militar, pero su vocación por el Derecho Mercantil le llevó a interesarse por el mundo bursátil. Sin embargo, justo cuando terminó la carrera, el puesto de corredor de comercio fue eliminado, lo que le llevó a replantearse su futuro.
Finalmente, optó por ingresar en el Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, una decisión que marcaría el resto de su trayectoria profesional. Si bien este cuerpo está concebido como un ámbito generalista dentro de la administración, Luis se convirtió en un caso atípico al especializarse en la gestión cultural desde 1996 hasta la actualidad.
Su formación no se detuvo ahí. Mientras trabajaba como funcionario, decidió matricularse en la UNED para estudiar Ciencias Políticas, compaginando sus estudios con su trabajo y su vida personal. Su esposa, apasionada de la Historia del Arte, fue un gran apoyo en esta etapa en la que ambos compartían el interés por el patrimonio y la cultura. Con esfuerzo, logró completar esta segunda carrera sin que ello afectara su desarrollo profesional ni su vida familiar.
Con Luis Lafuente Administrador Civil del Estado experto en patrimonio y bienes culturales
“El proceso de oposición fue un reto, pero también una oportunidad” nos decía Luis, que recuerda con especial cariño el momento en el que, en su examen, le tocó uno de sus temas favoritos: la protección jurídica del patrimonio histórico. A partir de ese instante, surgió la “leyenda” de su conexión con el patrimonio, algo que definiría gran parte de su carrera.
Luis Lafuente: "Opositar fue un reto, pero también una oportunidad”
Además de su trayectoria en la administración pública, Luis se ha dedicado a preparar opositores en la Academia J.C., contribuyendo durante más de 21 años a formar a nuevos profesionales. “Mi método se basaba en una dinámica de retroalimentación grupal, donde los opositores podían compartir sus conocimientos y aprender de distintos preparadores” nos decía nuestro invitado. A lo largo de los años, su labor ha sido reconocida y ha generado una red de profesionales que lo recuerdan como un mentor clave en su camino.
Su llegada a la Dirección General de Protección del Patrimonio Histórico en 1996 fue el punto de inflexión definitivo en su carrera. Bajo el Gobierno de José María Aznar y con Esperanza Aguirre al frente del Ministerio de Cultura, Luis fue seleccionado como subdirector para liderar la protección jurídica del patrimonio histórico español. Durante 13 años, fue un actor fundamental en la coordinación entre el Estado y las Comunidades Autónomas a través del Consejo de Patrimonio Histórico.
En 2016, asumió el cargo de Director General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural en el Ministerio de Cultura, un puesto político que le permitió llevar su visión del patrimonio a una escala nacional. Durante su gestión, recorrió todas las Comunidades Autónomas y supervisó archivos, bibliotecas, museos y proyectos de restauración.
Tras su paso por el gobierno nacional, trabajó en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid como Director General de Bellas Artes, donde gestionó proyectos emblemáticos como la restauración de la Puerta de Alcalá y la declaración del Parque del Retiro y el Paseo del Prado como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
En la actualidad, ocupa el cargo de Director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso en Málaga, donde coordina la gestión de diversos museos municipales, incluyendo el Centro Pompidou