Cuando los fondos activistas llegan a las empresas, sus consejos de administración tiemblan; ángeles para algunos, demonios para otros. Y es que vienen para cambiar las cosas, muchas veces al propio consejo. Algo no se está haciendo bien. Pero si entran en una compañía es porque creen que se puede obtener valor.

En unas jornadas de inversión organizadas por el Instituto de Gobernanza y Sociedad, se ha analizado el papel de esos fondos.

¿Qué son los fondos activistas?

Ponencia organizada por el IGS: "Los Fondos Activistas: ¿Barbarians at the Gate o ángeles de la Gobernanza?"

Instituto Gobernanza y Sociedad

Según Íñigo Fernández de Mesa, presidente de Rothschild & Co España, sirven para equilibrar intereses.

En 2018 alcanzaron una cifra récord en cuanto a activos bajos gestión, pero su implantación en el sur de Europa es menor que, por ejemplo, en países anglosajones.

Fernández de Mesa explica que en el caso de España, se puede deber a que las firmas del Ibex35, hay uno o varios accionistas de referencia.

Es más difícil cambiar cosas y por eso suelen resultar menos atractivas para estos fondos.

Sobre si son buenos o malos, depende de a quién le preguntes; para Alejandro Beltrán, presidente de McKinsey & Company, lo que hacen es tratar de maximizar el valor para el accionista.

¿Qué puede hacer una empresa? Anticiparse y hacer las mismas funciones que haría un fondo activista, para estar preparado. Para él, las empresas deben mirar cuatro áreas:

También para Joseph Oughourlian, presidente de Amber Capital cuando llega un activista ya es tarde y de nada sirve intentar defenderse. Él considera que en este momento es cuando se mide la independencia de un consejo.

Pone como ejemplo a Pernod Ricard, una empresa familiar, en la que entró el fondo activista Elliott Management.

La postura de la compañía fue colaborar, analizar las mismas áreas y divisiones sobre las que Elliott había puesto la lupa y tratar de mejorar en ellas.

Francia incluso ha tomado medidas para intentar frenar a estos fondos. Oughourlian cree que lo que deberían hacer es "replantearse el desastroso papel que juega el estado francés como accionista de grandes empresas.

¿Realmente generan valor?

Cuando el management, en cambio, ha querido defenderse y ha adoptado una actitud hostil, ha sido contraproducente. Y en los consejos no siempre saben de qué va la empresa.

También Stefano Marini, CEO de Latam y mercados emergentes de Georgeson, explica que una vez llegan los activistas, el papel del consejo es estar abiertos, escuchar y en todo caso intentar prevenir.

¿Su actividad suele tener efectos positivos o negativos? Cuando un activista entra en una compañía, las acciones generalmente suben.

En este sentido, Fernández de Mesa, de Rothschild, señala que también hay ocasiones en las que los fondos entran en la firma con posiciones cortas. Para él, esto significa que esperan que la acción caiga.

Por eso para él la pregunta sería si, a largo plazo, realmente generan valor para las compañías.