Bankia ha acordado con varias filiales del fondo de inversión Lone Star el traspaso de activos tóxicos por valor contable bruto de 3.070 millones de euros.

La transacción contempla la transmisión de una cartera de activos adjudicados con valor bruto de 1.650 millones de euros y créditos hipotecarios dudosos valorados en unos 1.420 millones.

La entidad sacará de su balance estos activos cuando se cierre la operación, previsiblemente en el segundo trimestre de 2019, aunque contabilizará en las cuentas de este año provisiones adicionales por unos 85 millones de euros.

Sin embargo, el banco dijo que la transacción tendrá un impacto positivo de unos 12 puntos básicos en el ratio de capital CET 1 fully loaded y supondrá también unos ahorros de costes brutos de algo más de 200 millones de euros durante los tres años siguientes al cierre.

"Esta operación, junto con la reducción orgánica de créditos dudosos y activos adjudicados esperados para el conjunto del ejercicio 2018, supondrá una reducción de los activos improductivos de más de 6.000 millones de euros de valor bruto contable", destacó Bankia.

Uno de los principales objetivos del banco, todavía controlado por el Estado tras su rescate en 2012, es aplicar una profunda limpieza de su balance para liberar liquidez y recursos con el objetivo de reducir sus activos problemáticos en 8.800 millones de euros hasta 2020, una media de unos 3.000 millones de euros al año.

Mientras los bancos llevan años desprendiéndose de activos inmobiliarios todavía heredados de la debacle del sector entre 2008 y 2013, las condiciones de mercado y la subida de los precios han disparado el apetito del inversor institucional por este tipo de productos.

(Reuters)