Los dos principales bancos alemanes, Deutsche Bank y Commerzbank, han confirmado que se encuentran en un proceso de negociación sobre su fusión, lo que formaría un nuevo coloso en el sector.

El director de comunicación y responsabilidad social corporativa de Deutsche Bank, Jörg Eigendorf, señala que evalúan la unión con una opción estratégica que sólo se llevará a cabo si el examen de la situación de lo aconseja. Eingendorf defiende que “no hay que dejarse llevar por las prisas”, además, advierte que “no hay ninguna garantía de que se produzca una transacción”.

Los medios alemanes apuntan a que es el Gobierno de Angela Merkel el que lleva alentando desde hace meses a ambas entidades a negociar una posible fusión para crear un coloso que sea lo suficientemente fuerte para no caer en manos extranjeras.

Hace una semana, el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, ya confirmó que Deutsche Bank y  Commerzbank mantenían conversaciones para valorar la situación actual. De acuerdo con el diario “Der Spiegel”, los consejos de supervisión respectivos prevén reunirse el próximo jueves para abordar esos planes. 

Sin embargo, hay sectores muy críticos con la operación, que defienden que ambos bancos quedaron debilitados por la crisis financiera, y que unir a dos entidades con problemas no garantiza el nacimiento de una sana.

Entre ellos, los representantes de las plantillas de los dos bancos que ya anunciaron hace unos días su rechazo a la operación. Los trabajadores de Deutsche Bank no ven sensatez económica en los planes de fusión y temen el recorte de hasta 30.000 empleos.

De producirse la fusión, Deutsche Bank y Commerzbank conformarían un gran grupo comercial que acumularía unos 1,8 billones de euros, 140.000 empleados y unos depósitos de ahorros de unos 840.000 millones de euros. Este grupo sería el segundo banco comercial de la zona del euro, tras el francés BNP Paribas.