Mario Draghi se ajusta al guión y mantiene intacta la hoja de ruta de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), aunque admite una “moderación económica” que se explica en gran parte por “factores globales”, señalando directamente a las tendencias proteccionistas. Reconoce que los aranceles tienen un rápido efecto en la confianza pero el impacto de la guerra comercial “no parece sustancial”.

Draghi se guarda la artillería pesada para el 14 de junio. El organismo monetario actualizará en su próxima reunión su cuadro macroeconómico y se espera que mantenga las previsiones de crecimiento pero eleve las de inflación al calor de los precios del petróleo. Si esto se cumple, el analista de Bankinter, Jesús Amador Castrillo, considera que “podría ser un indicador de que a partir de septiembre se reducirá el programa de compra de activos”.



El Consejo de Gobierno del BCE, donde ha participado por última vez como vicepresidente Vitor Constancia, ha dejado el tipo de interés en el mínimo histórico del 0% y el tipo de facilidad de depósito en el -0,40%. Espera que los tipos se mantengan en sus niveles actuales durante un largo periodo de tiempo y “por encima del horizonte temporal de las adquisiciones de activos”. Las compras de activos continuarán al ritmo mensual actual de 30.000 millones de euros hasta finales de septiembre de 2018 “o más allá, si fuera necesario y, en cualquier caso, hasta que el Consejo de Gobierno vea un ajuste sostenido en la senda de la inflación compatible con su objetivo de inflación”. El organismo ya había eliminado en marzo la posibilidad de elevar la cuantía del volumen de compras, pero no su duración.

El italiano insiste en que no se ha discutido en esta reunión la posibilidad de ampliar las compras de deuda, “no se ha abordado la política monetaria en sí”, y pide una vez más “paciencia, prudencia y persistencia”.

Draghi confía en que, a pesar de que el crecimiento económico se haya moderado y algunos indicadores hayan resultado peores de lo esperado, el crecimiento continúe sólido y se sostenga la demanda y la actividad empresarial. Atribuye a “factores temporales” la caída de algunos componentes, como el PMI, y señala directamente al tiempo frío, las huelgas y el efecto Semana Santa. También se muestra positivo en las posibilidades de crecimiento de los salarios nominales a corto plazo.

El presidente del BCE asegura que en su reunión no se ha debatido sobre la volatilidad de las divisas, aunque reconoce que se debe vigilar el tipo de cambio, lo que ha provocado que la moneda europea haya tocado 1,22 dólares.