Elon Musk podría convertirse en el hombre más rico del mundo, ganar hasta 55.800 millones de dólares en acciones y ser el dueño de más de un cuarto de la compañía de coches eléctricos en diez años si se alcanzan los objetivos de su nuevo plan de pago.

El paquete de remuneración, que deben aprobar los accionistas, propone que el directivo no reciba ningún salario o bonificación a menos que las acciones de Tesla suban en bolsa y se cumplan las metas en facturación y ebitda.

El consejero delegado de la firma californiana ha dividido su compensación para la próxima década en 12 tramos en los que tiene que cumplir esos objetivos que le permitirán cobrar el pago y que, además, colocarían a Tesla en las grandes ligas de los gigantes tecnológicos en bolsa.

El primer requisito es que la capitalización bursátil de Tesla alcance los 100.000 millones de dólares y que continúe con un incremento adicional de 50.000 millones para los 11 tramos restantes, hasta alcanzar un total de 650.000 millones de dólares al final del periodo. Su valor actual de mercado asciende a 60.000 millones de dólares y se equipara a gigantes como General Motors, pero es muy inferior a los 921.000 millones de Apple.

El plan pronostica una subida de las acciones de Tesla de un 1.000% en una década o un 27% anual, una hazaña que sólo han conseguido un puñado de empresas como Amazon, Priceline, Dominos Pizza o Netflix, que ha subido un 6.600% en diez años.

Otro de los requisitos establecidos está vinculado al rendimiento operativo de la empresa, a su facturación y el beneficio bruto de explotación. Musk cobraría el 100% de la compensación prevista si la facturación se multiplica por 15 respecto a 2017, con unos 175.000 millones de dólares, y si el ebitda lo hace por 21, hasta 14.000 millones.

De esta manera, por cada uno de los 12 tramos en los que se consigan los objetivos, Musk recibirá opciones sobre acciones que corresponden al 1% del total de títulos circulantes de la empresa, es decir, unos 1,69 millones de acciones.

Además, el plan llega después de la atropellada llegada del Model 3 de Tesla, que ha hecho a muchos inversores de Wall Street anticipar una ronda de recaudación de capital para la compañía. El analista de Morgan Stanley, Adam Jonas, también lo ve como una “herramienta de marketing inspiracional para atraer talento y capital”.