El África subsahariana crecerá por encima de la media internacional este año, según revela un reciente estudio de Crédito y Caución, aunque su evolución estará condicionada por las decisiones de la administración de EEUU en materia arancelaria. Vanesa Santos, responsable de Comunicación de Crédito y Caución, señaló que "el crecimiento dependerá y estará supeditado a la nueva administración norteamericana, a todo lo que va a ocurrir con la guerra arancelaria y también con otros retos como son las ayudas internacionales".
Un factor crítico es la Ley de Crecimiento y Oportunidad para África, aprobada en 2015 durante la presidencia de Bill Clinton, que caduca en septiembre de este año. Esta legislación permite que aproximadamente 1.800 productos africanos accedan al mercado estadounidense libres de impuestos. "Ya hay algún miembro de la administración norteamericana que ha avanzado que hay que renovar la ley, pero hay que ver en qué términos porque están intentando que sea algo más recíproca", explicó Santos.
A estos factores se suma la gestión de la deuda, con tipos de interés elevados que complican la situación financiera de la región de 435 millones de habitantes, cuyo futuro económico dependerá en gran medida de cómo se resuelvan estas incógnitas vinculadas a la administración norteamericana.
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Vanesa Santos, responsable de comunicación de Crédito y Caución, nos presenta el último informe de la compañía dedicado a esta parte del mundo.
Incertidumbre para la región
Según un reciente estudio elaborado por Crédito y Caución, la economía del África Subsahariana podría crecer un 3,8% en 2025, un punto por encima de la media a nivel global, gracias a las inversiones en recursos naturales e infraestructuras y el dinamismo del consumo privado que impulsará las importaciones.
Sin embargo, la región está expuesta a varias incertidumbres derivadas de Estados Unidos que podrían ralentizar su empuje económico.
Aunque las previsiones no son iguales para las cinco principales economías subsaharianas - Angola, Ghana, Kenia, Nigeria y Sudáfrica- todas ellas están expuestas a si habrá cambios en su acceso preferente al mercado estadounidense, el impacto de las ayudas internacionales y los nuevos aranceles.
La Ley de Crecimiento y Oportunidad para África (AGOA) de Estados Unidos, que ofrece acceso libre de impuestos al mercado estadounidense a determinados países subsaharianos, expirará en septiembre de 2025, y actualmente no está claro qué decidirá la nueva administración sobre su futuro.
Según el análisis de la aseguradora, se prevé que Estados Unidos seguirá dando un trato preferente a los países más estratégicos a nivel geopolítico y geoeconómico. Así, Sudáfrica cuenta con más riesgo de perder su actual estatus AGOA, lo que sería especialmente perjudicial para su industria automovilística, y podría suponer la pérdida de 200.000 puestos de trabajo.
En el lado opuesto, los que cuentan son mejores perspectivas de mantenerse en el acuerdo son Angola y Kenia por las posibilidades que ofrecen de acceder a metales raros y minerales. Kenia también es importante para Estados Unidos por su cooperación militar al servicio de sus intereses de seguridad en los países vecinos. Por su parte, Ghana y Nigeria son importantes proveedores de petróleo y gas.
En cuanto a los aranceles, hay regiones con un alto superávit comercial con Estados Unidos, como Sudáfrica, que ha sido penalizado con un arancel del 31%. Esto es especialmente lesivo para la industria automovilística, que también sufrirá las consecuencias de un nuevo arancel estadounidense del 25% sobre todos los automóviles y piezas importadas de otros países.
Por otro lado, la administración estadounidense también considera la posibilidad de excluir importaciones como petróleo, gas, cobre, productos farmacéuticos y semiconductores de los nuevos aranceles lo que podría beneficiar a las principales economías subsaharianas.
Otra de las incertidumbres a las que se enfrenta la zona en 2025 y 2026 son las ayudas a la cooperación, una de las principales fuentes de financiación externa. Como prueba de ello, Nigeria financió más de una quinta parte de su presupuesto nacional de sanidad con ayuda estadounidense. Sin embargo, países como Francia, Alemania, Reino Unido y, ahora, Estados Unidos, han anunciado recortes en dichas ayudas.
Por último, el coste de los flujos financieros internacionales es otro de los grandes retos para las economías de la zona. Varios países como Angola, Kenia, Nigeria, volvieron a emitir bonos soberanos internacionales en 2024, en un escenario en el que no se prevé bajada de los tipos y en los que el interés de dichos bonos está supeditado al tipo de interés de la deuda pública estadounidense a largo plazo. Un mayor coste de la deuda supondrá también un lastre para el crecimiento económico del África Subsahariana.