Con la fortuna de Amancio Ortega, una de las mayores del mundo valorada en 85.000 millones de euros, España podría pagar las pensiones hasta el mes de julio, según Miguel Ángel García profesor de la Universidad Rey Juan Carlos.



El colaborador de Fedea viene a explicar que las pensiones no se pagan con subir los impuestos a los más ricos, sino que hablamos de un sistema en el que todos tenemos que contribuir. Un sistema que lo asemeja con un queso gruyére.



A pesar de las malas perspectivas, Fedea cree que los datos no justifican una visión negativa para cobrar una pensión. Por un lado, que "las pensiones españolas son mejores de las que se cobra en la Unión Europea" y por otro, desde el punto de vista financiero, "el sistema puede ser viable con prestaciones similares a las de otros países europeos".  Sobre los jóvenes, subraya que sí cobrarán la pensión al final de la vida laboral.



Pero la opinión de los ciudadanos es bien diferente.



No existen soluciones mágicas para garantizar el futuro de las pensiones si no se elimina el déficit de la Seguridad Social de 19.000 millones. "Para ello sería necesario subir un 23% el IRPF que afectaría a todos los contribuyentes".

También sería necesario que la economía española crezca año tras año. Por ejemplo, para conseguir pagar 21 años de pensión a un trabajador que haya cotizado 37 años, con una base de cotización del 23,5% y con una tasa de reposición del 78,8%, será necesario un crecimiento del PIB del 3,3%.



Eso sí, los expertos de Fedea rechazan subir las pensiones con el IPC porque dicen, limitaría la renta disponible de las generaciones futuras y se incrementaría el gasto a estas partidas un 5% anual.

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Fuente: FEDEA

Otro dato interesante es que casi 9.000 millones del déficit total están concentrados en el régimen agrario, del carbón y del mar. De hecho, tan solo el agrario explica el 30% del déficit total de la Seguridad Social, mientras que su volumen de cotizantes en el total del sistema apenas ronda el 8%.

El auténtico reto es conseguir un equilibrio que combine suficiencia con equidad individual e intergeneracional. Según García, porque "no defiende mejor el sistema público de pensiones aquel que promete las prestaciones más generosas sin reparar en medios, sino el que garantiza permanentemente el pago de pensiones razonables sin trasladar cargas excesivas a las próximas generaciones".