El que fuera jefe de campaña de Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales, Paul Manafort, se ha entregado hoy a las autoridades estadounidenses en el marco de la investigación sobre la injerencia de Rusia en los comicios de 2016.


La acusación contra un alto funcionario de la campaña de Trump, supone un punto de inflexión en la investigación del fiscal especial Robert Mueller, para lograr sacar conclusiones sobre las relaciones entre el gobierno ruso y miembros del equipo del ahora presidente, esclareciendo si existió algún delito. Busca determinar también si Trump incurrió en obstaculización de la justicia cuando despidió en mayo al entonces director del FBI, James Corney.


Los cargos hacia Manafort, al igual que hacia su ex socio empresarial Rick Gates, incluyen los de conspiración contra Estados Unidos por lavado de dinero y por declaraciones falsas. Según datos del diario “The New York Times”, el nombre de Manafort figura en varios documentos relacionados con compañías que el ex jefe de campaña de Trump constituyó para recibir pagos procedentes de Europa del este. El presidente estadounidense mantiene su insistencia en que se trata de una “caza de brujas” política impulsada por los demócratas.