A pocas horas de presentar su nueva y flamante tercera generación de smartphone Pixel, Google y su matriz Alphabet se enfrentan a su particular Cambridge Analytica y que puede, incluso, ensombrecer el escándalo de Facebook.

Este lunes, The Wall Street Journal afirmaba que Google+, la red social del gigante de los buscadores, fue hackeada en 2015. Una brecha de seguridad no descubierta hasta marzo de este año cuando saltaron las alarmas en todo Silicon Valley tras la fuga de datos en Facebook, pero que los ingenieros, según el Journal, decidieron tapar hasta el día de hoy.

“Creemos que ocurrió después del lanzamiento como resultado de la interacción de la API con un cambio posterior en el código de Google+”, señala la compañía en un comunicado.

Sin embargo, siete meses después la brecha de seguridad se hace pública para “no formar parte de la misma polémica que rodeó a Facebook con el caso Cambridge Analytica”, señala The Wall Street Journal.

El error, que según la investigación data de 2015, permitió a terceros acceder a datos de los usuarios en la plataforma de Google e, incluso, a la de sus contactos.

En total, el número de usuarios afectados alcanza las 496.951 cuentas y 438 aplicaciones pudieron tener acceso a información privada tal como nombres, correos electrónicos, fechas de cumpleaños, género, fotografías. “No hemos encontrado evidencia de que ningún desarrollador estuviera al tanto de este error o de abuso de la API, y, además, no hemos encotrado evidencia de que los datos del perfil hayan sido mal utilizados”.

No obstante, la propia Alphabet señala que no “pueden confirmar a los usuarios afectados por este error”.

Así, Google ha decidido echar el cierre a uno de sus grandes fracasos. “La versión para el consumidor de Google+ actualmente tiene poco uso y compromiso: el 90 por ciento de las sesiones de usuarios de Google+ son menos de cinco segundos”, destaca.

Una red social que nació para plantar cara a Facebook ha sido a través de este triste episodio cuando más cerca ha estado de la red social por antonomasia.

El cierre definitivo llegará en 2019, pero antes Google deberá explicar, quizá, ante las autoridades europeas el porqué del archivo de esta filtración. Una jugada que, más allá de la reputación, puede tocar la caja del gigante de los buscadores.

El pasado 25 de mayo, el famoso Reglamento General de Protección de Datos europeo (RGPD) es de obligatorio cumplimiento en los países de la Unión. Uno de sus apartados recuerda la necesidad de informar en un plazo de 72 horas una fuga de datos y la cuantía ascendería al 2% del total de sus ingresos en todo el mundo.