El impacto del Irma podría costar entre 20.000 y 65.000 millones de dólares. De este modo, las compañías aseguradoras recortan el pronóstico de los daños del huracán que en un principio ascendían a 100.000 millones en el peor de los escenarios.

Uno de los principales motivos de este descenso es que el huracán ha bajado a una categoría 2 antes de alcanzar la bahía de Tampa, en Florida, con lo que han disminuido los daños potenciales. Sin embargo, se contemplan interrupciones en empresas, subidas de la tasa de desempleo, daños en infraestructuras, aumentos en los precios de la gasolina y grandes pérdidas de cultivos, donde se calcula una pérdida del 25% de la cosecha de naranjas, según AccuWeather.

Estas estimaciones todavía no son definitivas, ya que dependen de la fuerza de la tormenta, las mareas y la huella que deje el huracán en la costa estadounidense. Aunque por el momento, las previsiones se sitúan en la parte alta de la horquilla y rondan los 60.000 millones, con lo que el coste del Irma se acerca al del huracán Katrina, que en 2005 supuso 41.000 millones de dólares en pérdidas aseguradas, según Property Claim Services.

Ahora, las aseguradoras buscan inspectores calificados en Texas y Florida para que evalúen los daños sobre el terreno. A estos inspectores se les llama ajustadores y se encargan de investigar reclamaciones en nombre de aseguradoras de propiedades.

Texas y Florida cuentan con más de 340.000 ajustadores con licencia y ahora miles se dirigen a algunas de las zonas más afectadas por el Irma. Una vez que el huracán pase de largo, un grupo de ingenieros de riesgo tiene previsto dirigirse al sur de Florida para evaluar los daños junto a contables forenses, consultores de construcción y contratistas. Algunos utilizarán drones para acelerar la evaluación.

Sin embargo, los inspectores de este tipo escasean debido a que las aseguradoras nunca han hecho frente a dos huracanes de gran magnitud en un mismo año. Las grandes aseguradoras utilizan a sus propios ajustadores, pero otras más pequeñas contratan ayuda externa. En este caso, los inspectores pueden cobrar entre 1.000 y 2.000 dólares por reclamo.