Jornada cargada de protagonistas empresariales, en la que China vuelve a dar pasos hacia una mayor apertura económica. Por el lado empresarial, Toshiba anuncia que quiere vender su división nuclear en Estados Unidos, Westinghouse, por la que tanto ha peleado. Después de asumir una multa por falsedad contable y de acabar con un agujero de 6.300 millones, ha estado buscando formas de tapar ese agujero. Se habló de vender la división de usb, de la venta de una participación mayoritaria en la división de memorias flash (por la que llegó a pujar incluso Apple)...pero lo cierto es que desde la compañía prefieren sus activos de innovación tecnológica antes que la parte nuclear del negocio, y ahora es precisamente la división nuclear la que esperan vender. Lo cierto es que esta especie de acto de rendición tras los distintos esfuerzos no está gustando a los inversores, y Toshiba cede en bolsa casi un 13%.

Todavía en Japón, Toyota elevará los salarios de sus trabajadores en abril. Su salario mínimo subirá hasta los 1.300 yenes, lo que serían 11,33 dólares al día. De esta forma Toyota se pliega en cierto modo al gobierno, que le pedía como mayor fabricante de coches del país que incrementase los salarios para que sus trabajadores tuvieran un mayor capacidad de consumo. El gobierno quería que subieran algo más pero de momento ahí se quedará.

En China, Angbang ha negado que esté pensando en reubicar parte de su negocio en Estados Unidos y asegura que no se va a gastar 4.000 millones de dólares en comprar un edificio de 41 plantas en Nueva York. No tiene intención, dicen, de desembarcar allí de ese modo.

China Everbrigth Bank ha acudido esta madrugada al mercado de deuda, colocando bonos convertibles a seis años por valor de 4.300 millones de dólares. La mayor colocación en acciones tipo A en casi siete años. Supone además una forma de captar capital privado y desligarse en cierta medida del control estatal del banco. El gobierno planea ir realizando este tipo de desinversiones en distintas compañías a lo largo del año.

Por cierto que China planea introducir un enlace de bonos entre Hong Kong y el continente hacia fin de año, algo que adelantaba el primer ministro Li Keqiang. Bautizado como "Bond Connect", el programa operaría junto con el actual sistema Stock Connect, que permite a los inversores internacionales y continentales un acceso directo a los mercados continentales a través de Hong Kong. De esta manera el gobierno espera incrementar la participación extranjera en los mercados continentales como Shanghai, aunque deba hacerse a través de Hong Kong.