"La deuda no es un problema, porque gran parte de la llamada deuda privilegiada, que se tiene con las administraciones públicas, se va a refinanciar a largo plazo". De hecho, y en contra de los rumores, el presidente de Sniace, Blas Mezquita, asegura que "no destinarán nada de la ampliación de capital al pago de deuda".
Respecto al destino de los más de 11 de millones de euros que esperan captar en la ampliación de capital, cerca de un 25% se destinará a mejorar las instalaciones de la fábrica de celulosa, que volvió a funcionar el pasado mes de noviembre. Otro 25% irá a parar a las mejoras necesarias para cumplir con la nueva legislación europea sobre contaminación, de forma que se pueda rebajar el nivel de ciertas emisiones. El resto servirá, en su mayoría, para mejorar el circulante de la compañía.
Desde Sniace se muestran ilusionados ante lo que denominan una nueva etapa, y confían en que la ampliación de capital se cubra sin ningún tipo de problemas. Blas Mezquita explica que la compañía exporta la celulosa que produce, y expresa su preocupación ante los problemas en el sector de la estiba. Eso sí, al margen de los problemas en el sector, desde la compañía esperan que, cuando la planta de celulosa esté operativa al 100%, también esté solucionado el conflicto con los estibadores.
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