Las bolsas de Asia caen por primera vez en una semana unidas al desplome de las materias primas. Estos descensos también están motivados por la posibilidad de que se produzca un rescate público a los bancos italianos con problemas.

Los inversores actúan con cautela y se centran en los activos refugios como el yen y los bonos soberanos. Un yen fuerte que hace caer a la bolsa de Tokio (-0.68%) tras cosechar seis jornadas consecutivas en positivo.

En el lado de la subidas, la minorista Fast Retailing, sube hasta un 4% después de publicar cifras mejor de lo esperado de su ventas en el mes de junio. En el de los descensos, los bancos, las empresas de telecomunicaciones y los fabricantes de automóviles. Además, Japan Display, el proveedor japonés de pantallas aumenta un 12% después de que un fondo de inversión haya comprado una participación del 5,4%.

Los mercados chinos cotizan en tono mixto la bolsa de Shanghái (+0,4%). La inmobiliaria china Vanke ha sido suspendida de cotización en la bolsa de Shenzhen al caer un 10%, el máximo de fluctuación diaria permitida por el parqué, por segundo día consecutivo tras su regreso a los mercados después de meses de ausencia.

Hoy la peor parte se la lleva el mercado hongkonés, el Hang Seng (-0,8%) lastrado por el sector energético. PetroChina cae un 1,3% mientras que Sinopec y China Oilfield bajan un 1,4%.

Los inversores siguen vigilando el estancamiento político de Australia, después de unas elecciones que no logran sacar a un claro ganador. Continúa la incertidumbre política. También en el foco Australia porque su banco central australiano acaba de dejar los tipos de interés sin cambios en el 1,75%, tal y como preveía el mercado.