Las bolsas de Asia han vivido una jornada mixta. Los mercados han recortado los descensos y Tokio ha revertido sus pérdidas iniciales en medio de la especulación de que los políticos moverán fichas para apuntalar los mercados financieros tras el Brexit.

Los inversores siguen pendientes de que los bancos centrales ayudarán a aliviar la agitación del mercado. En declaraciones a la prensa de Tokio, el gobernador del BOJ, Hakuriko Kuroda, no ha querido hacer declaraciones sobre una posible reunión de emergencia del Banco de Japón. Mientras, el primer ministro, Shinzo Abe ha dicho que seguirá vigilando cuidadosamente los mercados.

El cierre del Nikkei de Tokio ha sido positivo (+0,57%). Del mismo modo, el Topix japonés también ha cerrado con repuntes. Ahí las empresas de construcción, los productores de alimentos han sido las que han liderado las ganancias. En el lado rojo, han bajado los exportadores japoneses.

Los mercados chinos no lo han tenido tan claro. Han bailado entre el rojo y el verde durante toda la sesión. Hong Kong ha caído por tercer día consecutivo arrastrado por las preocupaciones que genera el Brexit. El Hang Seng (-0.9%), ha experimentado su cierre más bajo desde el 16 de junio. HSBC ha liderado las pérdidas con descensos del 2,2% y Hutchinson que obtiene más de la mitad de sus ingresos en Europa ha descendido a su nivel más bajo desde enero de 2015.

Por primera vez en una década, la bolsa más antigua de China ha perdido su posición dominante en el ránking de volumen de negocios de las bolsas de Asia. El nuevo líder es la de Shenzhen, un mercado con doce años de edad, compuesto en su mayoría por empresas no estatales. Las cifras señalan que el volumen de negocios de la bolsa de Shanghái ha caído un 86% en los últimos doce meses.

Tras el referéndum en Reino Unido, el principal objetivo de los inversores es buscar activos refugio. En Asia, han puesto la lupa en los bonos surcoreanos. Han comprado activos netos por 43 millones de dólares solo en el día de ayer. Todo, pese a que Corea del Sur ha recortado tres décimas su previsión de crecimiento para este año hasta el 2,8%. El Gobierno pretende inyectar 17.000 millones de dólares en un paquete de estímulo para apoyar el crecimiento del país después del Brexit.