El proceso de recuperación económica y de menor incertidumbre que acompaña a nuestro país respecto a la credibilidad de pago, se traduce en una reducción en el coste de la financiación soberana pero también en la financiación empresarial.

Hay un sector, la banca, que con las recientes colocaciones de algunas entidades, se han emitido en lo que llevamos de año 22.700 millones, cifra similar al total anual emitido entre 2012 y 2014.

Si miramos al Tesoro, el coste medio de la deuda emitida por el estado: desde el comienzo de año el Tesoro ha captado 110.100 millones de euros, un 77,5% de la previsión de emisión a medio y largo plazo para todo el año que aparece en la estrategia publicada el pasado 13 de enero (141.996 millones). El coste medio de la deuda del Estado se situó en el 0,87% a cierre de agosto del 2015, frente al 1,52% de diciembre del 2014.

En cuando al coste medio de los instrumentos de deuda emitidos por la banca. Hay que decir que las últimas emisiones han sido de cédulas hipotecarias. En este caso, los ratios son superiores a la de una emisión normal. Eso hace que la rentabilidad sea más baja porque tienen menos riesgo que otras emisiones.

Si miramos a las últimas semanas, el pasado 2 de septiembre, Santander colocó 1.000 millones de euros en cédulas hipotecarias a siete años con un diferencial de 9 puntos básicos sobre midswaps y cupón del 0,75%. En mayo, Sabadell vendió 750 millones con una rentabilidad del 0,47%. En marzo, Caixabank colocaba una emisión de cédulas hipotecarias por valor de 1.000 millones a un plazo de diez años con un interés del 0,62%, el coste más bajo para una emisión de este tipo en España. En julio, Bankia cerró una colocación por 1.250 millones a siete años con una rentabilidad anual del 1,14% y BBVA en enero emitió 1.250 millones en cédulas hipotecarias y Popular 500 millones en deuda senior.

En cuanto al rating, las emisiones de 2015 cuentan con una calidad crediticia superior. Poco más del 60% del volumen emitido cuenta con un rating BBB o inferior, frente a cerca del 80% que se emitió en ese nivel de calificación en 2015. Además, el 25% de las emisiones están calificadas como AA, rating en el que no se había emitido deuda en los cuatro años anteriores.