Sangría en la renta fija. Los analistas de Bank of America Merryll Lynch cifran en 337.000 millones de dólares (unos 306.000 millones de euros) las pérdidas ocasionadas por el desplome de los precios en la renta fija.

En este sentido, la rentabilidad del bono español con vencimiento a diez años alcanza su nivel más alto desde finales de junio al acercarse al 1,50%, mientras que su equivalente italiano escalaba hasta las proximidades del 2%, registrando así su mayor coste desde julio de 2015 a raíz de la incertidumbre instalada en los mercados.

En concreto, el interés del bono español a diez años subía hasta el 1,467% desde el 1,409% del cierre del jueves, lo que implica una subida de dos décimas con respecto al 1,266% registrado al cierre del pasado 8 de junio, antes de conocerse el resultado de las elecciones en EEUU, y de casi seis décimas por encima del mínimo histórico del 0,874% al cierre del pasado 28 de septiembre.

De este modo, la prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años en relación con los bonos alemanes equivalentes se situaba en 122,70 puntos básicos, frente a los 113,50 puntos básicos del cierre del jueves.

Por su parte, la incertidumbre en el mercado de renta fija se cebaba particularmente con la deuda italiana, que en el caso del bono a diez años llegaba a ofrecer una rentabilidad del 1,991%, frente al 1,908% del cierre de ayer, su máximo desde mediados de julio de 2015 y muy por encima del 1,712% del pasado 8 de noviembre.

De este modo, el fuerte repunte de la rentabilidad del bono italiano ampliaba el diferencial favorable a España por encima de los 50 puntos básicos, estableciendo así su mayor brecha desde febrero de 2012.