Amanece en Asia con un cierre mixto en los indicadores, que en todo caso no han tenido grandes movimientos. China quiere reforzar su posición al frente del libre comercio frente a Estados Unidos, mientras sus bancos dan síntomas de estar sufriendo. Japón vigila con cautela la evolución de Toshiba.

Por el lado del gigante asiático, el primer ministro Li Keqiang ha vuelto a insistir en la cumbre del G-20 celebrada este fin de semana en que su país está dando pasos hacia un mayor aperturismo económico, y que trabajan en una reforma industrial que permita a las empresas extranjeras introducirse en el país con una mayor facilidad. Un paso que sería muy bienvenido sino fuera porque parece que esa entrada en el país deberá hacerse casi con total probabilidad de la mano de un socio local, por lo que el aperturismo es relativo. En todo caso llama la atención la posición política de China, que propugna el libre comercio en un momento en el que la administración Trump hace justo lo contrario en Estados Unidos.

En el apartado bancario, las entidades financieras en China están comenzando a sufrir a causa de las subidas en los tipos de interés a corto plazo. Unas subidas que hacen que los bancos no estén refinanciando su deuda, algo que se suma al hecho de que están logrando los márgenes más bajos desde el comienzo de la crisis. A esto hay que añadirle que las provisiones que deben realizar las entidades chinas por activos dudosos no llega al 20%, ni su necesidad de capital, por lo que la falta de liquidez de alguna de estas entidades podría desembocar en un fatal desenlace. Pese a todo, siempre estará el gobierno de fondo para evitar una caída masiva del sector bancario.

Por otro lado, en Japón, están pendientes de la visita de Shinzo a Abe, primer ministro nipón, a Europa. Ayer estuvo en una feria del automóvil en Alemania, y tuvo un encuentro bilateral con la canciller Angela Merkel. Y anoche mismo estuvo en París donde tuvo tiempo de encontrarse con el presidente francés, Francois Hollande. Hoy, ya en Bruselas, busca Japón firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea. Tokio mantiene exigencias como eliminar aranceles sobre los automóviles y componentes nipones, mientras que Bruselas insiste en que Japón abra las licitaciones de obras públicas a empresas de la UE o que rebaje sus tarifas sobre los productos agrícolas. El problema para firmar esto pasa porque la Unión Europea no está dispuesta a perder tanta competitividad en su mercado automovilístico.

Por compañías, mienrtas Hyundai continúa con su reestructuración, Toshiba sube en bolsa pese a los rumores que aseguran que está apunto de declarar la bancarrota en su división nuclear Westinghouse, ante la falta de ofertas que le permitan vender esa división a un precio que consideren aceptable.

En Corea del Sur, por el lado empresarial, KNOC, la compañía nacional de petróleo, ha colocado bonos por 1.500 millones de dólares en tres tramos. A tres meses pagando cerca del 1,5%, a 5 años pagando un 2,87%, y a 10 años pagando un 3,37%. Y por el lado político, ha comenzado el juicio a la ya expresidenta del país, Park Geun-hye, que ha pedido disculpas por lo ocurrido a su llegada al juzgado, y que justifica a estas horas los hechos ante el tribunal.