El presidente chino, Xi Jinping, urgió a que su país impulse sus reservas de petróleo y acelere la reforma de los precios de la energía, cuando el país quiere dejar de depender tanto del carbón y de las importaciones.

Según informa la agencia oficial Xinhua, Xi ha señalado en un encuentro del Comité de Finanzas y Asuntos Económicos del Partido Comunista, que: "Las medidas son necesarias para salvaguardar la seguridad energética nacional".

El mandatario remarcó que se debe "vigilar de forma cercana el desarrollo del mercado internacional energético", y que "tenemos que acelerar la mejora de las reservas estratégicas de petróleo, revisar los sistemas de petróleo y gas natural y promover el desarrollo de la energía no convencional".

Además, apeló a una mejor integración en este aspecto entre Pekín y las ciudades vecinas.

Xi instó a que Pekín delegue algunas funciones a las urbes próximas, así como a que se reestructuren las actividades económicas y el uso de la tierra en la región de "una forma prudente y ordenada, pero persistente".

Algunos analistas consideran que el país debería favorecer ahora las importaciones a la explotación de algunas reservas poco productivas, al contrario de lo defendido por Xi.

China es el mayor consumidor energético del mundo e intenta en los últimos años reducir su dependencia del carbón (su principal fuente de energía) y del petróleo y gas importados (58 por ciento y 31,6 por ciento del total en 2013), por lo que trata con avidez de aumentar su producción doméstica.