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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la OCDE, reconoce algunos éxitos de las "Abenomics", aunque le urge a aplicar reformas estructurales para reactivar el crecimiento. Estas son las principales conclusiones del informe anual sobre Japón, que acaba de presentar en Tokio su secretario general, Ángel Gurría.

El documento destaca que la aplicación de las dos primeras flechas, la flexibilización monetaria y el aumento del gasto público ya han deparado éxitos. Aunque Gurría advierte de que Japón aún no ha logrado que se recuperen el comercio, la inversión privada y el crédito. Las otras dos grandes amenazas son la disminución de la población en edad laboral y el estancamiento de la productividad.

Señala que estas acciones han puesto a Japón "en el bueno camino" para lograr una aceleración de su Producto Interior Bruto (PIB) del 1 por ciento en 2015, y del 1,5 por ciento en 2016, según las estimaciones de la OCDE.

La economía nipona lleva dos décadas con una débil tasa de crecimiento y con inflación persistente, lo que ha provocado que el nivel de vida de Japón -medido en términos de renta per cápita- pase de estar entre los más altos de la OCDE a debajo de su media.

Además, la deuda pública ha crecido hasta el 226 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) nipón, una tasa récord en la OCDE, debido al aumento del gasto social por el envejecimiento demográfico y por los "ingresos fiscales inadecuados", según el informe.

El organismo propone acciones que promuevan la participación laboral de la mujer -una de las más bajas de los 34 países que componen este organismo-, como modificar las normas fiscales que favorecen la retirada de las madres trabajadoras del mercado laboral o promover esquemas que apoyen la maternidad.

Entre otras reformas, el informe recomienda a Japón que aumente la participación de los trabajadores extranjeros, así como la movilidad y la flexibilidad de su mercado laboral.

Foto: Miki Yosihito