Y, además, de forma significativa en el medio y en el largo plazo, a medida que Pekín liberalice su marco normativo y crezca la demanda de nuevas formas de financiación, según un informe de la agencia de calificación de riesgo Fitch.

La norteamericana señala que: "la creciente necesidad de las empresas chinas de encontrar vías de financiación alternativas al crédito bancario, se sumarán otros factores que favorecerán este crecimiento, según vaya madurando y desarrollándose el mercado de bonos del país".

Entre ellos, Fitch destaca una diferenciación cada vez mayor entre distintos instrumentos de este tipo, por los intereses que ofrezcan unos bonos u otros, así como una creciente presencia de empresas privadas en el mercado chino y una participación en él cada vez más importante desde fuera del país.

La proporción de bonos corporativos dentro del total del mercado chino de bonos se ha disparado en la última década, y actualmente los bonos de empresas representan ya un 32 por ciento del total nacional, en cifras de 2014, cuando al término de 2004 suponían a penas un 3 por ciento.