Las bolsas asiáticas han acabado la semana a la baja, impulsadas por los datos débiles de Estados Unidos. La bolsa de Shanghái ha cerrado con una caída del 1,7% a un mínimo de siete semanas después de que el regulador de valores haya aumentado el ritmo de las ofertas públicas iniciales. Las compañías financieras conducen los descensos. Citic Securities y Industrial Comercial Bank of China caen más del 3%. El regulador de valores ha confirmado que los rumores de que el gobierno chino estaba considerando la posibilidad de impulsar un impuesto sobre las acciones no son ciertas. Las diez empresas que hicieron su debut comercial el viernes todos saltaron por el límite diario de 44 por ciento. Compañía de teléfono ZTE subió un 3% en Hong Kong después de aumentar su beneficio en el primer trimestre del año.

El Nikkei de Tokio ha acabado la jornada con una bajada del 0,7% pero sigue rebasando la barrera de los 20.000 puntos, ahora en los 20.027. En el resto de plazas, el Hang Seng de Hong Kong con un retroceso del 0,6%. Jornada en la que hay que hablar también de la bolsa taiwanesa, que ha alcanzado su nivel más alto en quince años en medio de las especulaciones de los inversores extranjeros. Taiwán ha introducido límites a la inversión extranjera en el mercado de bonos corporativos, un movimiento que según los analistas está dirigido a frenar los flujos que han empujado a la moneda.

Por cierto que, Deutsche Bank, ha recibido una oferta por parte de una institución financiera china para comprar el 20% de la participación del banco alemán en Hua Xia Bank. Deutsche está considerando la venta de la participación del banco chino, que está valorada en aproximadamente en 4.800 millones de dólares, aunque no se ha tomado ninguna decisión final sobre una posible desinversión. Si Deutsche decide salir, se uniría a una larga lista de bancos extranjeros que han recortado sus inversiones bancarias de China.

Siete años después de la crisis financiera, el banco insignia de Alemania está tratando de reformar su negocio después de no poder cumplir con sus objetivos de retorno de la equidad y tener que lidiar con una serie de multas reglamentarias y desafíos legales.