La construcción era uno de los sectores que abanderó la época dorada que vivía nuestro país años antes de la crisis del 2008. Un sector que tiraba del PIB, de la economía y del empleo. Algunas empresas como ACS o Sacyr, aprovecharon las circunstancias para invertir en otros negocios diferentes, por ejemplo tomar posiciones importantes en entidades financieras y grupos energéticos.

Un ejemplo fue la entrada de ACS en Unión Fenosa e Iberdrola, Acciona en Endesa o Sacyr que entró en la petrolera española a finales de 2006 tras comprar cerca de un 10% Repsol YPF.

Pero llega la crisis y los planes de las constructoras se vienen abajo. Llegan los números rojos, el endeudamiento, las caídas en bolsa. Llama la atención las numerosas desinversiones o venta de activos que han realizado algunas constructoras para reducir el impacto de las operaciones en las cuales se embarcaron antes de la crisis y recomponer sus balances.

Sacyr ha reconocido en un comunicado que no se desprenderá "en este momento" de parte de su participación en la petrolera Repsol, en la que ostenta un 8,7% del capital. Lo ha dicho a través de un comunicado a la CNMV. Hay informaciones que apuntan a que podría desprenderse en torno a un 2% de las acciones que mantiene en la petrolera para respaldar una emisión de bonos y así obtener recursos con los que reducir deuda.

Para Diego Jiménez Albarracín, responsable de renta variable de Deutsche Bank, esto sería una mala noticia para la compañía.



Si finalmente coloca ese porcentaje en el mercado, valorado en más de 280 millones de euros, Sacyr bajaría su participación en Repsol desde el 8,5% al 6,5%. Lo cierto es que la deuda de Sacyr es excesiva. Pero ahora no debería vender como apunta Albert Enguix desde GVC Gaesco.



Otro ejemplo de las desinversiones es ACS que se ha visto obligada a vender la mayoría de la participación en Iberdrola para reducir su elevado endeudamiento y ante la crisis del sector en España. Hace justo dos días vendía casi 90 millones de acciones de la eléctrica a un precio de 6,02 euros por título. Ganó con ello un beneficio de 95 millones de euros antes de impuestos.

Foto: Flickr, susan.luna