Banco Popular vive los últimos días de su particular calvario, a la espera de un caballero blanco para evitar un rescate. Bruselas no quiere que los contribuyentes terminen pagando el coste de la entidad, pero el ministerio que dirige Luis de Guindos busca una solución que evite el “bailout”.

Desde el Mecanismo Único de Resolución (MUR) miran con recelo a la entidad que preside Emilio Saracho, que ha logrado ampliar el plazo para recibir ofertas de compra hasta final de mes. Un movimiento estratégico que permitiría a Bankia salir de la supervisión europea, a pesar de no haber cumplido ninguno de los dos requisitos establecidos por Bruselas (devolver el dinero a los contribuyentes y volver a privatizarse), y estar en plazo para presentar una oferta en firme por Banco Popular.

La idea de que Bankia tenga que incluir en su balance los activos tóxicos de Banco Popular (de cuantía desconocida incluso por el propio equipo de gestión de la entidad que dirige Saracho) es algo de lo que en el ministerio de economía no quieren oír ni hablar, pero la realidad es que el resto de bancos no están dispuestos a pujar y, por ello, Bankia lleva preparando la operación desde el pasado mes de diciembre, cuando provisionó 6.000 millones más de los que eran necesarios para la entidad.

Bankia es protagonista en todas las apuestas para absorber al Popular una vez superada la supervisión europea, una opción “que quizá sea la única posible” para la entidad presidida por Emilio Saracho, según Juan Fernando Robles, profesor de banca y finanzas del Centro de Estudios Financieros. Explica que la fusión con la entidad rescatada por el Estado necesitaría la autorización pertinente por parte de Bruselas y el BCE, una solución que no sería “la ideal”, porque afectaría a los planes de privatización de Bankia y dilataría y dificultaría la recuperación del dinero del Estado.



La caída del valor de la acción de Popular en los últimos días (con una capitalización por debajo de los 2.500 millones de euros) y la fuga de depósitos que se ha producido en el primer trimestre del año (más de 10.000 millones de euros según fuentes de la propia entidad), hacen que BBVA o Santander se estén planteando la operación solo si termina por producirse un precio de derribo.

Entre tanto, Emilio Saracho ha encargado ahora a Deutsche Bank que sondee a algunos inversores institucionales de cara a realizar una ampliación de capital, lo que daría cierto empaque a Banco Popular y permitiría a Bankia adquirirlo sin destrozar su balance a base de nuevas provisiones. También continua Banco Popular vendiendo activos (a falta de interés inversor por el momento en la ampliación de capital). Esta mañana ha logrado 65 millones de euros al colocar el 48,98% que poseía en Targobank.

En todo caso, cualquier futura operación queda pendiente de que Bruselas permita al banco que dirige José Ignacio Goirigolzarri salir de su supervisión.