El banco quiere dotarse de “flexibilidad” financiera en la lucha contra el coronavirus y a la vez quiere tranquilizar a los inversores y asegura que dispone de capacidad para mantener su política de retribución al inversor, que actualmente establece el reparto de entre el 40% y el 50% del beneficio.

De momento, suprime el pago de dividendo de noviembre y apuesta por un único pago final que llegará en mayo de 2021 y cuya cuantía dependerá del impacto de la crisis del coronavirus.

Ana Botín y el consejero delegado, José Antonio Álvarez, ganarán un 50 % menos en 2020, tanto en sueldo fijo como en variable.

El resto del consejo reducirá su salario un 20 % y crearán un fondo de "al menos" 25 millones para frenar la pandemia del covid-19.

Este fondo servirá para facilitar material y equipamiento médico que ayude a frenar la propagación del virus, y podrá ser engordado por el resto de empleados del banco.

Las aportaciones se destinarán a cubrir necesidades inmediatas, como la producción y adquisición de equipamiento médico, ropa de protección y otros equipos que son necesarios para tratar a los pacientes infectados por el virus, así como a efectuar donaciones a las autoridades e instituciones correspondientes.

El Banco Santander también ha anunciado en las últimas horas que garantiza los 29.000 empleos directos que tiene en España. No hará despido ni ERTEs mientras dure la crisis del coronavirus.