Estamos ante el penúltimo consejo de gobierno que presidirá el italiano Mario Draghi. El consenso del mercado apuesta por que el BCE dará a conocer nuevas medidas de estímulo para apuntalar la economía de la zona euro, pero las decisiones exactas que tomará aún se desconocen. De hecho las expectativas de que ponga en marcha medidas agresivas se han reducido en las últimas horas debido a que las tensiones son inferiores respecto al brexit y también ha mejorado la situación en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China.

Entre las posibles herramientas que puede manejar en la reunión de hoy está un recorte en la facilidad de depósito desde el -0,40% actual hasta el -0,50 o incluso el -0,60%. Este tipo de interés es el que los bancos reciben por sus depósitos a un día en el banco central y es negativo desde junio de 2014.

Esto tendría efectos en el negocio de los bancos y por eso los expertos también esperan que el BCE estratifique los tipos para aliviar el golpe, es decir, que pongan en marcha un sistema de compensación para evitar más pérdidas. Es lo que se llama un sistema de “tiering” (sistema escalonado sobre el exceso de reservas depositadas en el BCE) y que beneficiaría sobre todo a bancos franceses y alemanes que son los que más liquidez tienen depositada.

¿Serán efectivas las medidas?

La gran duda del mercado es si Draghi se atreverá a poner en marcha un nuevo programa de compra de deuda (QE). Además, ahora hay más incertidumbre que nunca sobre si alguna de estas medidas será efectiva, es decir, si impulsará el crecimiento mientras los países de la Unión Europea bordean la recesión, como es el caso de Alemania. Los expertos consultados por Capital Radio, entre ellos Ángel Talavera, economista senior en Oxford Economics o Glen Chapman, experto del Banco Sabadell, consideran que hay poco margen para seguir estimulando la economía porque “la política monetaria tiene sus límites y están llegando casi a su máximo. Cada vez tiene menos efecto y es necesaria una política fiscal coordinada en Europa”. Además, creen que Mario Draghi no puede dejar las manos atadas a su sucesora en el cargo, Christine Lagarde y dejarle munición de cara al horizonte para hacer frente a un posible brexit sin acuerdo o a un endurecimiento de la guerra comercial.

Coincidencia por tanto entre los expertos que consideran que la política monetaria está perdiendo su efectividad y serían las medidas fiscales las que marcarían la dirección correcta.