Hoy ha comenzado la negociación de los derechos de suscripción del dividendo flexible de Telefónica. Emitirá hasta un máximo de 143 millones de nuevas acciones en virtud del aumento de capital liberado para hacer frente al 'scrip dividend', en el que los accionistas tienen la opción de recibir la retribución en efectivo, o en títulos de la compañía. Hay dos modalidades de cobro:

Primero, el cobro en efectivo. Desde hoy hasta el 26 de noviembre, podemos solicitar esta modalidad de retribución y el 7 de diciembre se proceder al pago a estos accionistas que vendan sus derechos a Telefónica o segundo, si recibimos la retribución en forma de acciones, serán necesario 34 derechos para recibir una nueva acción.

Elegir un modo de retribución u otro , tiene diferentes consecuencias fiscales. Por ejemplo: recibir nueva acciones, en concreto una por cada 34 antiguas. Esta es la opción más atractiva para los expertos si creemos que la acción va a subir en bolsa. Felipe López Gálvez desde Selfbank



Esta opción, a nivel fiscal es más eficiente porque no tiene impacto por el momento. Lo tendrá en el futuro cuando vayamos a vender las acciones, tendremos mayor plusvalías por lo que pagaremos más por ello. También es la opción más cómoda, nos cuentan los expertos, porque no hay que ponerse en contacto con el banco.

Respecto a cobrar el dividendo en efectivo, en el IRPF se considera una renta del ahorro, lo que conlleva una retención del 19,05%. Esto se asemeja al dividendo de toda la vida.

En tercer lugar, hay una manera de cobrar en efectivo pero no vendiendo los derechos a Telefónica sino al mercado. Hay que asegurarse de lo que nos cobra el bróker por esta operación en bolsa. No se recibe a ciencia cierta los 0,34 euros sino que el precio de los derechos varía en el mercado al calor de las acciones de Telefónica.

Fiscalmente, la manera de no pagar al fisco es recibir las nuevas acciones o vender los derechos en el mercado



Gálvez nos recuerda que la fórmula de “scrip dividend” es una manera de pagar el dividendo que ha proliferado en los últimos años por parte de las compañías españolas. “Es atractivo para ellas porque no supone una salida de caja sino que buena parte se negocia mediante una ampliación de capital donde la mayoría de los accionistas suelen elegir el cobro mediante más acciones para no ver diluida su participación en la empresa”, dice.

De esta manera las compañías en muchos casos, se ahorran esa salida de efectivo de su caja”, recuerda Felipe López Gálvez desde SelfBank.