La ONG Transparencia Internacional (IT), acusa al sector del lujo de tener escasos controles para detectar el pago de dinero negro de sus clientes.

La organización de anticorrupción alemana, exige normas más estrictas y más vigilancia en todo el mundo. Para ello, ha elaborado el informe "Tesoros contaminados: riesgo de lavado de dinero en el sector del lujo". 

El presidente de TI, José Ugaz, asegura que el sector del lujo es más que un "mero vehículo para lavar dinero, ya que para los cleptócratas que amasan millones de propiedades, deportivos y arte en poco tiempo, el deseo de poseer objetos de lujo puede llevar a la corrupción". 

El estudio destaca que los vendedores de lujo, desde joyeros a agentes inmobiliarios, hacen poco por comprobar si sus clientes efectúan sus compras con dinero negro. Además, en lo que denomina "países de alto riesgo", incluye a EEUU, China, Japón y Reino Unido, e insta a gobiernos a "introducir leyes específicas que exijan la diligencia debida en las ventas de bienes de lujo" y que establezcan una autoridad designada para aplicar esas leyes.

Varios ejemplos de este problema están recogidos en el informe de TI. Por ejemplo, en Guinea Ecuatorial, el vicepresidente Teodorín Obiang, que fue investigado por corrupción, sigue siendo capaz de comprar sin control inmuebles de lujo y coches de alta gama.

Las casas de subastas en Reino Unido, alertaron a las autoridades de quince compras sospechosas de las 381.882 transacciones que se llevaron a cabo entre septiembre de 2013 y septiembre de 2014.

De Japón, el estudio destaca que los agentes inmobiliarios alertaron de solo una compra sospechosa en 2014, año en el que se adquirieron 377.513 inmuebles en el país.

La ciudad belga de Amberes también está entre los ejemplos, donde el mayor mercado de diamantes del mundo no se ha alertado de ninguna actividad comercial sospechosa hasta 2014.

En consecuencia de todos estos casos, TI recomienda a los países con grandes mercados del lujo a elevar las obligaciones de los vendedores de productos para que estén atentos y denuncien las ventas sospechosas, para así poner en marcha organismos dedicados a perseguir este tipo de delitos.