Estados Unidos vive días raros agitado tras la destitución del director del FBI, James Comey, tras pedir fondos para profundizar en la investigación sobre las conexiones rusas en la anterior campaña electoral estadounidense. El profesor de relaciones internacionales de la Universidad Europea, Miguel Ángel Benedicto, asegura que "es un intento de amedrentar de algún modo a los agentes federales de Estados Unidos. Un intento autoritario y de poco respeto por la independencia de esas investigaciones". Ahora comienza una suerte de casting para encontrar un sustituto al director del FBI, pero queda la sensación de que "Trump ha querido mandar un aviso a todos aquellos que quieran seguir investigando y filtrando información entre Rusia y la campaña electoral del republicano".



Oficialmente, "el ya exdirector del FBI había pedido más recursos para investigar las posibles injerencias rusas en la campaña electoral estadounidense". Hay una buena retahíla de afectados por esas investigaciones; el director de campaña, el asesor de política exterior, otro asesor personal, el fiscal elegido en primer lugar por Donald Trump...todos ellos implicados en esa investigación

Las instituciones del país enfrentan ahora el liderazgo del presidente y deben demostrar solidez e independencia, en un momento en el que la propia administración Trump ni siquiera permitió entrar a los periodistas al encuentro de ayer entre el ministro de exteriores ruso y el presidente del gobierno. De hecho, la fotografía entre ambos dirigentes la realizó el gabinete del ministerio de exteriores ruso.