La Reina ha preferido no poner en peligro la Monarquía y, tal y como le ha solicitado Boris Johnson, ha ordenado la suspensión del Parlamento desde no antes del 9 de septiembre y hasta el 14 de octubre. Serían cinco semanas de clausura de la actividad del Parlamento, el período de suspensión más largo desde el año 1945.

Isabel II tenía una tarea difícil: desatar una crisis parlamentaria aceptando la suspensión de las Cámaras o bien una crisis monárquica, puesto que ir en contra de la petición de un primer ministro de comenzar su legislatura sería un movimiento sin precedentes en el país y podría poner en peligro la Corona.

Esta polémica medida impediría a los diputados británicos tener tiempo suficiente para intentar evitar que se produzca un "Brexit" sin acuerdo, programado para el 31 de octubre.

"Es hora de que el nuevo gobierno y el nuevo primer ministro detallen un plan para este país después de que abandonemos la Unión Europea (UE)", señaló una fuente del Gobierno citada por el canal.

Tras el receso parlamentario, está previsto que las sesiones parlamentarias se reanuden el próximo 3 de septiembre y, según la citada cadena, se espera que la clausura se produzca desde el día 10 de septiembre.

El Gobierno de Boris Johnson ha fijado para el próximo 14 de octubre la fecha en la que se presentará el nuevo programa de gobierno para la próxima legislatura, el llamado Discurso de la Reina.

En ese discurso, el Ejecutivo dará a conocer sus planes para después del "brexit", fijado para el 31 de octubre.

La idea de clausurar el parlamento ha generado una gran polémica en este país pues debido a la coyuntura temporal impide a los diputados intentar frenar una salida de la UE sin acuerdo, tal y como pretende hacer el líder laborista, Jeremy Corbyn, y otros dirigentes de partidos políticos británicos.

Corbyn y un grupo multipartido en la oposición se reunieron este martes para explorar maneras con las que impedir a Johnson ejecutar, llegado el caso, un "brexit" sin consenso con Bruselas. El líder del partido laborista ha llegado a decir que hará lo que esté en su mano y en la ley para evitar esto y después someterá a Boris Johnson a una moción de confianza.

Pero si el Parlamento se suspende el 10 de septiembre, esos diputados solo contarán con apenas unos pocos días la próxima semana para intentar introducir nueva legislación con la que tratar de bloquear una posible marcha sin acuerdo, algo que tendrían que tramitar en el Parlamento.