Entrevista Capital con el Pte. de la Sareb y la Gran Tertulia de la Economía

Jaime Echegoyen, presidente de la SAREB ha analizado la situación de la entidad, el mercado inmobiliario y también la nueva estrategia para intentar "colocar" más pisos, suelo y deuda en el mercado. En la Gran Tertulia de la Economía han participado Isabel Aguilera consultora empresarial; Fernando Zunzunegui, abogado y profesor y Antonio Miguel Carmona, profesor de economía de la Universidad San Pablo CEU

El conocido como ‘banco malo’ continúa colocando viviendas y créditos morosos de su balance en el mercado. Las condiciones actuales hacen que la Sareb esté planteando una nueva estrategia de ventas y demandas contra los deudores que llevan años en mora, “no tanto porque haya dificultades sino porque tiene sentido generar valor” y vender ciertos activos a un precio mejor.

El presidente de la Sareb, Jaime Echegoyen, explica en Capital Radio que los préstamos suponen un 66% del balance total del organismo. En algunos de ellos los deudores todavía tienen capacidad de pago pero en los que no “hay que ejecutar y obtener los inmuebles derivados de esa ejecución de las garantías”. Es decir, la nueva estrategia de la Sareb pasa por convertir ciertos préstamos en inmuebles para después venderlos.

“Un préstamo no es un activo líquido. Algunos inversores han comprado préstamos donde el volumen justifica el descuento. Convertirlo en un inmueble sale a cuenta, porque es una activo líquido, comparable y con un precio de mercado. De ahí deriva el convertir en inmuebles y después venderlos”, explica Echegoyen.

Este cambio en la estrategia en pro de la “preservación del valor” implicará un menor volumen de ventas durante un tiempo. En 2018 las ventas crecieron a ritmos del 12%, la mitad que el año anterior. En la primera mita de 2019, Echegoyen confirma que se sitúan en torno al 10-12%: “Allí donde haya que transformar los préstamos en inmuebles llevará su tiempo. En una serie de años las ventas serán menores en volumen pero con una calidad mejor”.

Mientras busca desinvertir sus activos por valor de 51.000 millones de euros, la Sareb debe hacer frente a la fuerte competencia de los fondos extranjeros en el mercado inmobiliario y a las dinámicas particulares del sector, como la gentrificación en las grandes ciudades, que pasa factura a sus planes de venta. Y todo ello bajo la atenta mirada de sus accionistas. El Frob, con un 46% de la Sareb, ha deteriorado su posición en el banco malo y ya da por perdido un 92% de su inversión inicial, frente al 75% de hace un año, un nivel que podrían igualar muy pronto el resto de sus grandes accionistas, como Santander, Caixabank o el Sabadell.