Hace más de un año desde que empezamos a oír hablar del virus ébola y aparecieran casos en países como España, fuera de su foco de origen. Los expertos alertan de que la última es la peor epidemia de ébola de la historia, con más de 28.400 infectados y 11.200 muertos, pero aún no ha terminado. Aunque debilitada, la epidemia se mantiene activa en Guinea y Sierra Leona. Liberia es el tercer país en esta ecuación mortal, pero se declaró libre de la enfermedad en mayo de 2015. La buena noticia es que este mismo mes de octubre se declaró la primera semana sin nuevos casos de ébola en África en año y medio, según la Organización Mundial de la Salud.

Las consecuencias socioeconómicas de la enfermedad en estos países son amplias y persistentes, así lo dicen informes de organismos internacionales, como el Banco Mundial y el FMI. El Director General de Casa África, Luis Padrón, explica que la enfermedad ha supuesto 1600 millones de euros a los países más afectados, según los datos del Banco Mundial. Otros indicadores apuntan a una pérdida del 5% del PIB. El empleo, el turismo, la agricultura y las mujeres, dentro de los grupos de población, han sido los más afectados en cuanto al desarrollo económico.

Mientras, la diversa y compleja África lucha por crecer -según las previsiones del FMI este año un 4,5%- apoyada en sus grandes recursos naturales y su innegable fuerza demográfica. Entre los retos también están los perennes conflictos armados y la desigualdad. ¿Será capaz el continente de conjugar todos los factores? Los expertos esperan que en el año 2050 África suponga ya un 12% del PIB mundial, ahora representa tan sólo un 4%.

*Lo sentimos pero el audio ha sido eliminado



Foto: 16:9clue

Flickr.com