La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha registrado que la producción de petróleo ha descendido en agosto por primera vez en cuatro meses. Sin embargo, ha revisado al alza sus expectativas sobre la demanda mundial de crudo para lo que queda de 2017 y 2018.

La agencia ha anunciado que la producción ha disminuido en agosto en 720.000 barriles diarios hasta 97,7 millones. Las razones de este descenso son varias, por una parte, las revueltas en Libia que produjeron una serie de recortes imprevistos, por otra parte, se tuvieron que realizar operaciones de mantenimiento en los pozos. Los países de la OPEP tampoco colaboraron e incumplieron en mayor medida sus compromisos. Además, el huracán Harvey, que afectó al Golfo de México, zona estratégica para este mercado, hizo que las extracciones de crudo disminuyeran en 200.000 barriles diarios. Se estima que en septiembre la reducción sea de 300.000 barriles.

A pesar de este descenso, la AIE calcula que el consumo de petróleo aumente en 1,6 millones de barriles diarios en 2017 y en 1,4 millones en 2018. Esto significa 100.000 barriles más de lo que había anticipado en agosto. La justificación de estas previsiones es el refuerzo de la recuperación económica en los países de la OCDE. Además, ha pronosticado un modesto aumento del precio del barril por parte de los operadores.

El consumo de productos petrolíferos en los últimos meses ha dado muestras de afirmarse, en particular en Estados Unidos y en Europa. La agencia también ha confirmado que las reservas industriales se han mantenido estables en julio cuando lo normal es que aumente en este mes. La cifra final es de 3.016 millones de barriles lo que significa que se ha reducido considerablemente la diferencia con respecto a la media de los últimos 5 años.

En el caso de los productos petrolíferos, el "superávit" con respecto a la media de las reservas en los últimos cinco años se quedó en 35 millones de barriles, y podría reducirse a 0 para finales de año, según los autores del estudio.