El PIB de Alemania crece en el segundo trimestre un 0,4% en comparación con el trimestre anterior, una décima peor de lo esperado. Los principales impulsores de la economía vinieron del exterior, ya que las exportaciones -un puntal tradicional de la economía alemana- se beneficiaron de la debilidad del euro y de la caída de los precios del petróleo. En el ámbito interno, las cifras apuntan a que tanto el consumo interno como el gasto estatal "siguieron evolucionando de forma positiva".
Destaca asimismo el frenazo que experimentaron las inversiones, sobre todo en el área de la construcción donde entre abril y junio se invirtió menos que en el primer trimestre del año. Con respecto al mismo trimestre del año anterior, la economía alemana creció un 1,6 %, una tasa superior a la variación interanual registrada en el primer trimestre (1,2 %).
De esta forma, la mayor economía de Europa mantiene la tasa de crecimiento moderado que ya firmó en el primer trimestre, cuando creció un 0,3 %, pero se mantiene lejos de la velocidad de crucero de los últimos tres meses del año pasado (0,8 %).
FRANCIA PEOR DE LO PREVISTO
El Producto Interior Bruto (PIB) de Francia se mantuvo estable en el segundo trimestre del año, tras haber crecido un 0,7 % en el primero, indicó hoy el Instituto Nacional de Estadística, que achacó el retroceso al descenso brusco del consumo interno.
Tras revisar ligeramente al alza, una décima porcentual, los datos de los tres primeros meses del año, Estadística indicó en un comunicado que el crecimiento en lo que va de año se sitúa en el 0,8 %, dos décimas por debajo del objetivo del Ejecutivo para el conjunto del año.
El freno del consumo interno es para el INSEE la principal causa del estancamiento de la economía.
Alemania crece en el segundo trimestre algo menos de lo esperado
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