El gobierno británico ponía sobre la mesa el pasado mes una serie de medidas para combatir de raíz el problema de la crisis energética. Entre estas medidas esta la reducción total de importación de gas ruso que se espera que se confirme a finales de este año.

El problema del gas

Las principales fuentes de importación del Reino Unido proceden de diversas fuentes, en la actualidad se ha aumentado con notoriedad la compra a países como Arabia Saudí, Países bajos o Kuwait. El problema con la alta demanda ha provocado que el mercado energético debilite su competencia de cara a los precios.

Ante esta situación el gobierno de Truss ha puesto en marcha la apertura de licencias para la extracción de gas y petróleo en el Mar del Norte. Según indica la patronal energética del país Offshore Energy UK, el proceso podría comenzar en los próximos días.

Dudas sobre la eficacia

La última ronda de arrendamiento de pozos en esta zona se produjo en 2012, este suceso frenó el declive de la producción de petróleo, sin embargo los expertos afirman que esta medida no será del todo eficiente por varios motivos.

John Selwyn Gummer, presidente del comité del cambio climático aseguraba que la explotación de los pozos solo afectará en materia económica a los ciudadanos del Reino Unido.

Además la empresa Wood Mackenzie, indicaba que la explotación no tendría a penas impacto o que su impacto será a largo plazo, estamos hablando de una década hasta ver resultados. La mayoría de las búsquedas de gas y petróleo no han llevado a la perforación por falta de interés.

La paralización de la búsqueda de nuevos pozos mostraría el compromiso del gobierno con bajar la temperatura global. A pesar de ello, a fuerza mayor, deberá poner solución a la amenaza de quedarse sin suministros este invierno y comenzar con la búsqueda de recursos fósiles propios.